Prueba: MINI Cooper D 5 puertas.

Si la semana pasada os presentamos al sorprendente Fiat 500L Trekking, esta semana toca la prueba de su némesis comercial, también con una nueva versión de carrocería; el MINI 5 puertas.


En su momento ya probamos el nuevo Mini Cooper de gasolina con la carrocería convencional de tres puertas y su impresionante motor tricilíndrico de 136cv, que nos produjo muy buenas impresiones y cuyo enlace podéis ver si pincháis AQUÍ.

¿Cambiará mucho el concepto o la dinámica de conducción ahora que tiene cinco puertas?. Pues ahora os lo desvelaremos, lo que está claro es que después de tantas y tantas versiones comercializadas, y tan dispares, como el Paceman, el Clubman, el Countryman, el All4Drive, el Cabrio, el Coupé...; llama la atención que hayan esperado tanto en decidirse por la carrocería que "a priori" debería haber sido la siguiente evolución como es el caso del Mini 5 Doors.


Sí, vale, es bastante traumatico ver a todo un icono del automóvil al que siempre le hemos conocido con tres puertas, con una carrocería más alargada y dos puertas adicionales, pero; ¿y lo que ganamos en versatilidad y espacio?. Eso sí; sin perder el ADN del Mini original que al fin y al cabo, es lo que ha hecho de la marca británica (ahora alemana...) precisamente, un icono de la automoción moderna.

Estéticamente mantiene todas las formas del Mini original de tres puertas, pero resulta bastante extraño acostumbrase a su nueva visión lateral. Alcanza ahora una longitud total de 3,96m, lo que son 16cm más que en su versión clásica y la distancia entre ejes también cuenta con 7cm más, lo que redunda en una mayor habitabilidad en las plazas traseras, en espacio para las piernas sobre todo. A pesar de estar homologado para cinco ocupantes, por anchura será mejor que sigamos siendo cuatro, ya que esta cota se mantiene.

En lo que también se nota una mayor longitud es en la capacidad del maletero, que alcanza ahora los 278 litros y por fin, se asemeja a la capacidad con la que cuentan, por ejemplo, un Volkswagen Polo o un Renault Clio, por citar algunos ejemplos de utilitarios.

Pero el Mini se mueve a otro nivel, ya que aun siendo un utilitario por tamaño, en acabados y por renombre se sitúa en el aura de los premium, junto con el Audi A1 o el Fiat 500 (guardando las distancias...).


Las dos nuevas puertas traseras, son más pequeñas que las delanteras y el acceso al interior se ve un poco limitado por este hecho, pero una vez sentados, el espacio disponible es realmente desconocido hasta la fecha en un Mini. Da igual el tamaño que tengas, que por altura y por espacio para las rodillas, aunque la plaza delantera se sitúe en su zona más retrasada, no será...

Las dos butacas delanteras, de la unidad que probamos nosotros, eran de corte deportivo y sujetaban excepcionalmente bien el cuerpo. El cuadro..., pues el típico y original de Mini, muy vistoso, bien rematado, con materiales de primer orden, muchos detalles de buen gusto y por supuesto; altamente personalizable.

El volante multifunción forrado en cuero, tenía el tamaño justo y con él, podíamos manejar el menú del ordenador de a bordo, el Bluethooth, el equipo de sonido... En el cuadro de relojes cobra especial protagonismo el velocímetro, mientras que el cuenta revoluciones y el indicador del nivel de gasolina por luces, quedan relegados a un segundo plano en los laterales.


En la consola central nos encontramos con lo que era el enorme velocímetro en la generación anterior y que ahora se a reconvertido en el equipo de sonido o la pantalla del navegador y del sistema multimedia, según la versión que escojamos.

La unidad que nos permitieron probar en Burgocar, que es el concesionario oficial de BMW, MINI y Motorrad en Burgos, venía equipada casi con todo y además del navegador y el equipo multimedia, contábamos con ordenador de a bordo, faros de iluminación LED, paquete de iluminación ambiental interior, climatizador bi-zona, arranque manos libres o sistema MINI Drive Mode, entre otras exquisiteces.

¿Que qué es el Mini Drive Mode? Pues es un pulsador que se halla en la base de la palanca de cambios y que nos permite elegir entre tres modos de conducción bien diferenciados; Green, Mind y Sport.

El modo Green, nos invita a realizar una conducción moderada y en el cuadro de mandos se nos está indicando continuamente y con bastante acierto, cuando y que marcha debemos engranar o los kilómetros de autonomía extra que hemos conseguido haciendo una conducción responsable.
El modo Mind es el estándar y con el que circularemos la mayoría del tiempo y para cuando queramos desempolvar la caja de los truenos, activaremos el modo Sport, en el que el rugido del motor se vuelve más vivo, las aceleraciones son más instantáneas, los cambios se producen más rápido y las suspensiones y el ESP se adecuan a los nuevos requerimientos del conductor.
De hecho, nos hizo mucha gracia el texto que se podía leer en la pantalla del ordenador cuando cambiábamos de modo. Go Kart Modo Sport...

Es que de siempre se ha dicho que el Mini se conduce y reacciona como un auténtico kart, debido a su corta distancia de ejes y sus casi nulos voladizos, aunque claro; con el cinco puertas que ahora es bastante más grande... ¿seguirá teniendo la conducción de un kart?.

Pues sí. Como la distancia entre ejes se ha visto aumentada, todavía mantiene esa conducción extremadamente divertida que caracteriza a a la carrocería clásica. El aplomo en curva es casi demencial y enlazar una curva tras otra a ritmo vertiginoso se vuelve una tarea adictiva. Aceleras, frenas, reduces, giras, aceleras, cambias, frenas, reduces... Te sentirás como un auténtico piloto de rallies a poco que sepas aprovechar las capacidades del chasis muy bien afinado, pero con la diferencia que podrás hacerlo con parte de la afición dentro del habitáculo y no en las cunetas alentándote con los brazos...

Si queremos practicar una conducción tranquila, también podemos hacerlo sin problema, ya que al tener el tamaño de cualquier utilitario de 5 puertas del mercado, podemos movernos por la ciudad con bastante soltura y además, con espacio y maletero suficiente como para que tus quehaceres diarios no sean una ardua tarea. Si hablamos de circular por vías convencionales, el nuevo Mini de 5 puertas también goza del confort de rodadura suficiente como para afrontar largas travesías sin ningún problema y en total y absoluto silencio, ya que a pesar que el voluntarioso motor de tres cilindros diésel es un poco más rumoroso de lo que conocíamos con la anterior mecánica; el habitáculo está muy bien aislado.

Y hablando del motor. La unidad que nos cedieron montaba el motor tricilindrico de ciclo diésel de 116cv asociado a un cambio de marchas manual de seis relaciones y con Stop/Start de serie. Es un motor bastante progresivo, que nos ofrecía unas aceleraciones suficientes, gracias a que las relaciones de la caja de cambios eran bastante cortas. Es muy satisfactorio y tiene unas recuperaciones bastante buenas vayamos en la marcha que vayamos, así que se pueden realizar adelantamientos fulgurantes sin ningún tipo de miedo. Pero como podéis comprobar en las fotos, al compararlo con un Mini de la anterior generación, similar en cuanto a motorización y con 115cv; las reacciones son más suaves en este nuevo modelo y puede "pecar" de ser menos explosivo, pero es que cuatro cilindros contra tres... algo se tiene que notar.

De momento en el consumo, ya que haciendo una conducción "más o menos" normal, nosotros llegamos hasta los 5,8 l/100 Km, cuando el consumo homologado se sitúa en 3,8. Esta cifra es, normalmente, bastante irreal en cualquier modelo de cualquier marca, así que un consumo como el que conseguimos, teniendo en cuenta que no hicimos realmente una conducción... "responsable", está bastante logrado.


Las prestaciones máximas, son también un dato a tener en cuenta, ya que acelera de 0-100 Km/h en 9,4 segundos y alcanza los 203 Km/h de velocidad punta, algo superiores a las del modelo precedente, lo cual no está pero que nada mal para un coche con esta potencia.

Conclusión final.

El nuevo Mini no a perdido su esencia. Es realmente divertido de conducir, está muy bien equipado, la calidad y calidez de los materiales es de primer orden, el diseño no a perdido su gracia después de 50 años y mantiene su carácter premium. Pero esta vez, lo consigue con una carrocería más alargada, dos puertas más, una mayor habitabilidad y un maletero solvente. Elimina de un plumazo los "inconvenientes" de la carrocería clásica pero manteniendo sus virtudes.


El Mini sigue siendo un coche de capricho y normalmente se destinará como segundo vehículo o como un buen coche para divertirse en puertos de montaña. Pero ahora con la llegada de la carrocería de 5 puertas, ya no tenemos excusa. Puede ser un coche de capricho, sigue siendo un coche divertido; pero su versatilidad, su nueva habitabilidad, un maletero bastante capaz y una gama de motores para todos los gustos, lo hacen un objeto de deseo para todos aquellos que busquen un utilitario más utilizable, muy apto para realizar trayectos de todo tipo y además, con ese marcado carácter que solo puede imprimir un coche como el Mini.

El motor de 116cv es muy voluntarioso y progresivo, aunque no está exento de fuerza, ya que la ayuda de la caja de cambios con esas relaciones bastante cortas, hacen que las recuperaciones y los adelantamientos se realicen de manera segura y rápida. Las prestaciones finales se sitúan un poco por encima de la media en este tipo de vehículos con esta gama de potencia y el consumo es normal para una mecánica diésel. Es rumoroso desde el exterior, pero no se perciben ni ruidos parásitos ni vibraciones desde el habitáculo.

La conducción dinámica es espectacular. Mantiene las actitudes y aptitudes de la carrocería clásica a pesar de su mayor tamaño y la posición de conducción también es bastante similar. Tiene una dirección muy directa e incisiva y la palanca de cambios cuenta con un recorrido excelente, sobre todo para realizar una conducción deportiva.

Las suspensiones pueden resultar un tanto firmes en todo tipo de situaciones. Es una circunstancia que se agradece en una utilización más dinámica, pero que penaliza al conjunto en condiciones más relajadas, ya que se perciben con mayor nitidez la imperfecciones del asfalto.

La ganancia en habitabilidad y maletero, lo acercan a los utilitarios más "comunes" en cuanto a utilización y versatilidad. !Por fin podremos realizar viajes largos con un Mini sin agotarnos y con maletas!. El equipamiento puede ser muy excelso y sibarita y la capacidad de personalización, tanto de la carrocería, como del interior, será del gusto de los más creativos  que podrán configurar su Mini a su imagen y semejanza.

Ahora podemos decir sin lugar a dudas que tenemos un Mini de los de verdad, de los de toda la vida, pero mucho más accesible, aprovechable en el día a día y mucho más capaz. Sigue siendo un coche "cool", aunque ahora se nos presenta como una alternativa más a los utilitarios convencionales que plagan nuestras calles, eso sí; sin perder la esencia Mini.

Nuestra unidad de pruebas estaba muy bien dotada de serie y también contaba con algunos de los extras que hacían aumentar su tarifa hasta casi los 30.000 euros, pero podemos adquirir todo un Mini 5 puertas, con un buen equipamiento y ese halo de capricho y de dinamismo que lo caracteriza, desde unos 19.800 euros.

Vamos a hacernos unas curvas, pero esta vez; !vamos todos!.










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