Prueba: Ssang Yong Tivoli G16 2WD Premium.



Normalmente, cuando una firma automovilística quiere implantar un nuevo estilo de diseño, nuevas tecnologías o dar un paso más en la evolución de su gama, suelen empezar por el producto estrella o por su buque insignia como mayor exponente y como plataforma de exposición a la hora de implementar esos cambios.

Pues en Ssang Yong han hecho todo lo contrario. Han partido de cero, con un folio en blanco y han diseñado un vehículo totalmente nuevo, en un segmento en pleno auge y con una calidad de fabricación sin parangón en la marca coreana. Hoy hablaremos de coqueto crossover Ssang Yong Tivoli.

Como decimos siempre, por lo menos en España (y por desgracia), la sociedad es muy costumbrista y siempre se suelen decantar por marcas consolidadas. Solo los más aventureros y entendidos se plantean la compra de otras marcas que luchan sin descanso por ofrecernos cada día, productos mejorados, con mayor tecnología o mayor equipamiento o con mejores diseños o más fiables a un precio ciertamente ajustado.

Vale que los orígenes de marcas como Ssang Yong, Hyundai, Kia y demás, no fueron de lo más halagüeños en Europa, con diseños a los que no estábamos acostumbrados, vetustas mecánicas o unos acabados que dejaban mucho que desear, pero tampoco conocimos los orígenes de marcas como Renault, Ford, Mercedes, BMW..., con muchos años de historia y que supongo que tardarían bastante tiempo en calar en la sociedad y mejorar sus monturas...

Hoy todo eso ha cambiado y esas marcas, a las que alguno todavía "repudia", nos ofrecen una gama ciertamente atractiva, con un gran equipamiento, unos motores fiables y aun así, más ajustados de precio.

Es el caso del Tivoli. Un producto totalmente nuevo, con una factura de realización impresionante y no conocida en la marca hasta ahora, un equipamiento considerable, un diseño atractivo y englobado en un segmento en el que suponemos que dará mucha guerra si logra arañar clientes a los archiconocidos Captur, Mokka y compañía.


Como decimos, el diseño exterior es muy atractivo, sin estridencias, pero que marca las pautas del nuevo lenguaje de la marca. Es un diseño fresco y juvenil, pero con cierto toque de robustez en sus marcadas líneas, sobre todo, en el abultamiento a modo de paso de rueda sobre las complejas puertas traseras, que si nos fijamos, también tiene un pico ascendente que se funde con la aleta posterior. Son pequeños detalles que pasarán desapercibidos, pero que indican minimamente el cuidado y el tiempo que le han dedicado a este pequeño cossover urbano.

En el frontal destacan unos faros con luces diurnas LED con el "ceño" un poco fruncido que le aportan un toque más agresivo y en la zaga nos encontramos también con unos trazos sutiles pero muy elaborados, tanto en sus formas, como en sus pilotos traseros con un diseño original y con otro guiño deportivo con la incorporación de una luz antiniebla en el centro, emulando (guardando las distancias) a los mismísimos F1.

También cuenta con una gama de colores para todos los gustos y que se pueden combinar con otras opciones para el techo y hacer del Tivoli un coche bastante personalizable. Podemos elegir entre 6 colores diferentes, que se pueden combinar con techo negro o blanco y hasta con cuatro tipos de llantas de aleación de hasta 18 pulgadas.


En el interior también podemos elegir diferentes tipos de tapizados y acabados en donde destaca por encima de todos el de color rojo, asientos de cuero incluido. Nuestra unidad de pruebas tenía el interior en acabado beige, que también le quedaba realmente bien y aportaba un punto más de calidez a todo el habitáculo.

Habitáculo por cierto, que tiene una amplitud considerable a pesar del contenido tamaño del Tivoli, con tan solo 4,20 metros de longitud, en donde se le da una mayor importancia a los pasajeros sin menospreciar la capacidad del maletero, que se nos quedaría en unos loables y muy aprovechables 420 litros.

La posición de mando se encuentra rápidamente y de forma muy natural, con una posición elevada de conducción y unos asientos cómodos, pero con escasa sujeción lateral. El cuadro de mandos se sitúa de forma casi vertical y todo lo encontramos muy a mano, además de contar con la ayuda del volante multifunción con mandos en el volante y que nos permiten activar el control de velocidad de crucero, el manos libres Bluetooth, o el volumen de la radio.

La capilla de relojes también es muy legible y configurable hasta en seis colores, con el display del ordenador de a bordo en el centro que nos ofrece una información muy relevante y precisa en todo momento.
Aunque había algo que no llegué a entender y era una especie de indicador de la posición de las ruedas, que supongo que será interesante en una conducción off road pura, pero que en un coche con más pretensiones urbanas o para asfalto, que para caminos en mal estado, creo que sobraba.

No obstante, aunque nuestra versión tan solo era tracción delantera, existen versiones con tracción total, que aporta un poco más de seguridad sobre pisos deslizantes si se diera el caso, pero que por la limitada altura respecto al suelo del vehículo, tan solo puede llegar a ser relativamente útil en caminos en buen estado mientras circulemos sobre vías no asfaltadas. Con algo más de 16 cm respecto al suelo, no hay miedo a circular con brío por ese tipo de caminos, pero no es suficiente si queremos complicarnos la vida en terrenos mucho más bravos.


Si hablamos sobre su conducción en condiciones normales, tenemos que decir que no es precisamente un coche deportivo, aunque sí que es un vehículo muy ágil que fluye con normalidad por cualquier tipo de vía a velocidades por encima de lo recomendado sin ningún tipo de complejo. Soporta muy bien los cambios de dirección, a pesar de contar con un esquema de suspensiones de tarado más o menos blando que favorece más al confort de marcha que a una conducción más dinámica, aunque la carrocería no balancea en exceso y el equilibrio general del conjunto hace que sus reacciones sean muy neutras y predecibles.

El volante sí que tenía un sistema, que por medio de un botón, podíamos elegir hasta tres niveles de dureza, entre Comfort, para ciudad, Normal o Sport, más recomendable en cuanto salimos a la carretera, pero solo influía en el tacto de la dirección, nunca en la dureza de las suspensiones o en las reacciones del motor, como ocurre en otro tipo de vehículos con orientaciones más deportivas.

También contaba dentro de su equipo de serie con elementos tales como el climatizador bi-zona, asistente de aparcamiento trasero, asistente de arranque en pendientes, control de presión de los neumáticos, tapicería de cuero, sensores de lluvia y luces, Start/Stop, lunas tintadas, además de lo que os hemos comentado anteriormente del control de velocidad de crucero, Bluethooth y otros elementos disponibles según acabados o en opción como la pintura bi-tono, asientos y volante calefactados, navegador con pantalla táctil de 7 pulgadas o las llantas de aleación de 18 pulgadas entre otras cosas.

La elección de la mecánica, será una de las cosas más sencillas entre las que tengáis que decidir, ya que solo existen dos variables. Nuestra unidad montaba un motor de gasolina 1.6 con 128cv de potencia y 160 Nm de par máximo, aunque podemos elegir un motor diésel, también con 1.6 litros de cilindrada, con 115cv y 300 Nm de par máximo.


La mecánica de gasolina solo puede ir asociada a la caja de cambios manual de 6 relaciones, con un funcionamiento muy preciso, aunque con una relación de marchas especialmente largas a partir de la 4ª velocidad y que debido a un limitado par máximo de 160 Nm, nos obligaba a utilizar esa caja de cambios más de lo deseado en tramos con ligeros ascensos o a la hora de realizar algún adelantamiento. Tampoco puede montar la tracción total, posibilidad que solo se puede contemplar con la mecánica diésel.


La nuestra es una mecánica muy interesante si no vamos a realizar más de 20.000 Km anuales, ya que por potencia se nos muestra más que suficiente y a pesar de que pueda resultar un poco rumorosa a bajas revoluciones, cuenta con unas reacciones buenas y un funcionamiento progresivo pero contundente cuando sobrepasamos las 2.000 rpm. Por consumos, tampoco nos supondrá mayor problema, ya que con 6,6 l/100 Km homologados por la marca, el Tivoli es un coche frugal a pesar de la cultura popular de mecánicas diésel.


Y en cuanto a prestaciones, con el motor de gasolina y 128cv, el pequeño crossover de la marca coreana es capaz de alcanzar sin problema los 180 Km/h y acelerar de 0-100 Km/h en 11,6 segundos, cifras discretas, pero en torno a lo que también nos ofrecen sus competidores más directos.


Conclusión final.

El Ssang Yong Tivoli es un gran coche en muchos aspectos. Con un tamaño compacto, los ingenieros coreanos han realizado un gran trabajo en materia de diseño y habitabilidad interior, además de dotarlo de una capacidad de personalización muy interesante y que le aporta nuevos aires de frescura, que buena falta le hacía a la marca, con una gama mucho más seria y familiar.


El nuevo Tivoli es un gran vehículo para todo. Es compacto para rodar y perfecto para utilizarlo en nuestro día a día por las grandes ciudades. Es un buen coche para realizar grandes recorridos con el mayor confort posible y sin ningún tipo de estrecheces ni en cuanto a espacio para los ocupantes ni en cuanto a capacidad de maletero y también es un buen coche para realizar esas escapadas de ocio y acceder a ciertos lugares de montaña a los que no accederíamos con un compacto al uso y más bajo. En definitiva; es un gran coche para diferentes tipos de públicos, que verán en el pequeño de la marca asiática una gran alternativa.

Han echado el resto en cuanto a nuevos materiales utilizados, ensamblaje y calidad general, con plásticos duros y blandos en perfecta sintonía, unos muy aceptables acabados en piel y algún que otro detalle en negro piano o gris aluminio a modo de contraste.

Por equipamiento, tampoco tenemos nada que objetar ni nada que echaríamos en falta para un coche de estas características y con el acabado intermedio Premium de nuestra unidad de pruebas, teníamos todos los elementos de seguridad y confort necesarios para un viaje placentero. Quizás, incluiríamos el navegador con pantalla táctil por unos pocos eurillos más como elemento opcional.


El comportamiento general, también está muy logrado, ya que pese a su configuración de coche orientado a proporcionarnos el mayor confort de marcha, se nos muestra como un vehículo bastante neutro en reacciones y fácil de llevar.


Es en cuanto a la mecánica, el punto en el que tenemos más dudas, ya que si bien el motor de gasolina tiene una potencia bastante considerable y un funcionamiento muy progresivo, además de unos consumos realmente contenidos en una utilización normal; el par máximo ensombrece en parte su grandeza, ya que nos obliga a utilizar más de lo deseado la, también precisa, caja manual de 6 relaciones en cuanto a recuperaciones se refiere. Por lo demás y siempre que lo mantengamos en la gama de revoluciones idónea, el Tivoli con motor de gasolina nos ofrecerá una gran respuesta y unos consumos muy ajustados, además de ser un motor que necesita menos mantenimiento y muy fiable.


El nuevo Ssang Yong Tivoli nos muestra la nueva cara de la marca coreana. Es juvenil, tiene un diseño más depurado y acorde a lo que se estila en la actualidad, es práctico, versátil y tiene una gran personalidad y capacidad de personalización. Es una gran alternativa a las vacas sagradas del segmento y por unos 16.500 euros aproximadamente, tendremos un coche con letras mayúsculas, bien equipado y sobre todo; diferente. I love it...


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