Toma de contacto: Alfa Romeo 4C.


Pasión. Según el diccionario de la RAE, uno de los significados de pasión es "apetito o afición vehemente a algo". Esencia. "Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas".



Pasión y esencia. Son las dos palabras que definen con total fidelidad lo que representa un coche como el precioso Alfa Romeo 4C. Un coche así, de hecho, no se puede tocar, o contemplar, o sentir todos los días. Es un vehículo sí, capaz, como cualquier otro, de trasladarnos del punto A al punto B sin ningún problema. Pero es que el autobús público también lo hace.


El Alfa Romeo 4C no es un coche pensado para nuestros quehaceres diarios, es un coche fabricado exclusivamente para hacernos sentir, para hacernos disfrutar, para hacernos un poco más felices, para proporcionarnos un placer inusitado. En definitiva; es un coche muy personal.


Es como una amante despampanante que acapara todas las miradas a su paso, unas descaradas, otras furtivas; pero no hay nadie en la calle que no se detenga para observar tal obra de la ingeniería. Esa pureza de líneas, esas curvas sugerentes... Pero lo mejor de todo es que, como toda buena amante, solo tú puedes disfrutar de todo eso.

Alfa Romeo es una marca de culto y todo aquel que ha tenido un Alfa entre sus manos, se ha convertido irremediablemente en un "alfista" convencido. ¿Por qué es una marca de culto?. Probablemente, porque a lo largo de toda su historia han creado grandes iconos de la automoción moderna y eso se queda grabado a fuego en la memoria popular.


Alfa Romeo es una marca italiana y como tal, ha sabido plasmar el carácter latino en todos y cada uno de sus modelos y por supuesto, el objeto de nuestra toma de contacto de hoy es el culmen de todo ese bagaje.


Bueno, el culmen igual fue otro, ya que hace unos años, se presentó en edición limitada el Alfa Romeo 8C, una de las joyas históricas de la marca, que tenía un corazón directamente trasplantado de Ferrari y con un precio al que solo unos pocos afortunados con solvencia podían acceder.

Digamos que el 4C podría ser su "hermano" pequeño, pero eso no implica que sea una connotación negativa, sino todo lo contrario. El "hermano" pequeño se ha quedado con lo mejor del mayor, se ha hecho más accesible y ha aprendido de los errores pasados, además de mejorar en muchos aspectos que pasaremos a detallaros en las siguientes líneas.


Vamos ha empezar con la mecánica. Ya no monta un corazón de Ferrari, sino que para esta ocasión, contamos con un bloque de fabricación propia que ya conocimos en su momento durante la prueba del Alfa Romeo Giuletta QV y que nos pareció realmente sensacional.



Se trata del explosivo 1.750 TBI con 240cv y un descomunal par de 350Nm, asociado, en esta ocasión, a una caja de cambios automática de doble embrague con levas detrás del volante y función "Launch Control", que nos permitirá la máxima aceleración sin que las ruedas posteriores, que son las de tracción, patinen lo más mínimo. Con esta mecánica, el Alfa Romeo 4C es capaz de alcanzar los 250 Km/h sin esfuerzo y dilapidar el 0-100 Km/h en tan solo 4,5 segundos. ¿Cómo te quedas?.


Esas prestaciones desproporcionadas también son fruto de una ligereza de la que tan solo gozan unos pocos. De hecho, y guardando las distancias, tiene mucho de esas marcas inglesas como Lotus o Caterham en el que la ligereza es un matiz indispensable en todos sus vehículos. Y es que no obstante, el Alfa Romeo 4C, tan solo pesa 895 Kg, con lo que unido al potente motor TBI, lo convierten en un auténtico "juguete" para mayores.


Su peso liviano es gracias a una estructura monocasco fabricada en cara y exclusiva fibra de carbono. Es decir; que utiliza soluciones empleadas en los hiperdeportivos de calle o directamente, en los F1 que vemos en televisión, que cuestan bastante miles de euros más. Esa estructura monocasco se apoya sobre un bastidor construido en aluminio y los paneles de la carrocería, están esculpidos sobre un compendio de materiales compuestos de extrema ligereza, por lo que el 4C, es tan poco pesado en su conjunto.

Pero que los materiales sean ligeros, no quiere decir que el 4C sea un coche inseguro ante una posible colisión. Toda la estructura está preparada para absorber cualquier tipo de impacto y el chasis monocasco de fibra de carbono en el que vamos "enjaulados", soporta impactos a velocidades muy superiores de lo que lo haría un chasis fabricado en acero. Eso sí; si tenéis un accidente en el que esa estructura quede dañada, olvidaros de recuperar el coche.


Como os hemos indicado antes, el 4C es un "juguete" para mayores, pero también para manos expertas, ya que gestionar tanta potencia, con una carrocería tan ligera, tracción trasera y sin apenas ayudas a la conducción, nos obliga a tener una suma concentración cada vez que queramos disfrutar conduciendo semejante "machinna". Eso sí; merecerá la pena si salimos con una sonrisa de oreja a oreja.



La agilidad con la que afronta cualquier tipo de tramo es realmente asombrosa, ya que su configuración es la idónea para convertir a este pequeño deportivo, en un devorador de curvas. Su corta distancia entre ejes de 2,38 metros, una longitud total que no alcanza los 4 metros, el motor situado justo detrás de nuestras nucas en posición central y la tracción en las ruedas posteriores, lo convierten en un auténtico clásico de las monturas deportivas por antonomasia, con un excelente reparto de pesos entre el eje delantero y trasero.



Esto se traduce en un comportamiento realmente juguetón, con el que podremos gestionar las curvas tan solo a golpe de acelerador y volante, deslizando la zaga de una manera controlada siempre que nos lo propongamos y acelerando sin compasión hasta el siguiente viraje.


Si habéis conducido alguna vez algún kart, esto sería lo más parecido en cuanto a pureza de reacciones y a la esencia de conducción. De hecho, al igual que un kart, ni siquiera monta dirección asistida. Tranquilos, que en realidad no le hace falta y se maneja a la perfección aun en velocidades lentas gracias a su escaso peso en la báscula. Así pues, se ahorran el peso extra que supone ese sistema y no hace falta incluir la función de dureza variable según la velocidad, además de ser mucho más directa y comunicativa, cuando circulamos..., perdón; pilotamos esta "joya" a velocidades mucho mayores, ya que no cuenta con ningún tipo de filtro entre el asfalto y tú.

 
Pero que no cuente con un sistema básico como el de la dirección asistida, no quiere decir que sea un coche simple en su totalidad. Una vez incorporados al habitáculo, nos encontraremos inmersos en un ambiente casi de carreras, ya que además de tener a la vista la estructura de carbono, que nos protege, perfectamente lacada y brillante, igual que la que podemos observar en un vehículo de circuito; también cuenta con un cuadro de mandos minimalista y descaradamente orientado al conductor, que disfrutará también de unos asientos deportivos tapizados en cuero, que sujetan el cuerpo a la perfección.




También cuenta, como no podría ser menos, con el ya famoso mando DNA, que modifica la respuesta del motor, caja de cambios, dirección y comportamiento general, según la opción que hayamos escogido. Pero como este es un coche extremadamente deportivo, cuenta con una cuarta función denominada Alfa Race y que se activa dejando pulsado el selector en modo Dynamic durante unos segundos.

 
Esta función es adecuada para los conductores más expertos, ya que limita al máximo cualquier intromisión de los sistemas electrónicos y deja todo el protagonismo a las manos de quien vaya sentado al volante. El ESP tan solo cuenta con una función latente, para estabilizar al coche en las frenadas más intensas, el ASR directamente no actúa, para que no haya ningún tipo de filtro entre el conductor y las reacciones del vehículo y lo único que funcionará a pleno rendimiento será el diferencial autoblocante Q2, que nos permitirá un paso por curva estratosférico sin perder ni un ápice de velocidad.



También contaremos con un velocímetro digital, totalmente configurable y desde el que podremos observar las fuerzas G que soportamos en todo momento, además de la gama de revoluciones, la velocidad, los indicadores de la gasolina y la temperatura y la marcha que llevemos insertada en cada momento. Ah, y también tiene radio.



El comportamiento, como ya os podéis hacer una idea, es ejemplar. Pero para que ese comportamiento sea divertido y casi de carreras, también tiene que contar con un sistema de frenos acorde a las prestaciones, así que, además de un esquema de suspensiones tipo McPherson en el eje trasero, que le aporta ese nervio y esas reacciones tan ágiles en todo momento, para detener al liviano conjunto monta unos discos de freno sobredimensionados con pinzas de cuatro pistones del especialista Brembo, que nos aseguran una detención perfecta aunque circulemos "a tumba abierta".

 
Del diseño, no tenemos nada más que aportar. Es, como podéis observar por las imágenes, una de las carrocerías más bellas con la que os podáis cruzar por la calle. De hecho, no tengo palabras para describir tal pureza de líneas y esas nervaduras de tensión que recorren la carrocería a lo largo y ancho, además de portar ese frontal característico de la marca que le imprime parte de su carácter deportivo.


El conjunto, para mayor exclusividad, está fabricado a mano en la misma factoría de Módena en donde se ensamblan los Maserati y es tal el éxito del 4C, que a los operarios, plenamente cualificados, se les acumula el trabajo y existe una lista de espera de varios meses. Pero ese detalle no hace nada más que aumentar el deseo de tener uno en nuestras manos.



Después de este reportaje os preguntaréis si el Alfa Romeo 4C tiene algo malo o algún tipo de defecto o fallo que hayamos detectado. Pues hombre, sí. Además de tener una lista de espera que supera el año, es un coche tan solo dedicado para el disfrute de nuestros cinco sentidos. Ni para la familia, ni para el día a día. ¿Quién quiere un coche solo para disfrutar y ser más feliz?.


Nota de la redacción: Hay algunas fotos que no son nuestras ya que nos ha sido imposible recuperarlas, pero ya os podéis hacer a una idea. 

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