Presentación de Alfa Romeo Giulia en Burgos




Es probablemente, uno de los vehículos que más expectación ha creado durante este último año. Y no es por casualidad.

La marca del "Biscionne" se ha empleado a fondo para crear lo que será el buque insignia de la marca y el pilar central sobre el que se sustente el resto de la gama. De hecho; esta berlina es un coche que les hacía falta, ya que el extinto Alfa 159 hacía mucho tiempo que había dejado de existir y no había ningún representante del segmento D en la marca italiana.

La estrategia de la firma transalpina ha sido la de ponernos los dientes largos con adelantos, vídeos e imágenes del Alfa Romeo Giulia, pero en su versión radical; una locura de tracción total y motor procedente de su primo lejano Ferrari, que genera nada más y nada menos que 510cv.

Pero volvamos al mundo real y vamos a conformarnos con las versiones más mundanas. Ayer, los medios de prensa especializados (y nosotros), fuimos a la presentación oficial en nuestra ciudad de la nueva berlina de Alfa Romeo. 

El Giulia descansaba debajo de una lona específica para él, que dejaba entrever sus depuradas y tensas líneas y no hacía nada más que seguir aumentando la expectación generada durante el último año, apurando sus últimos minutos antes de convertirse en algo real y tangible y no una mera imagen de revista.

Después de una breve introducción; los responsables de la marca en el Grupo Julian descubrieron la lona y desenvolvieron el "regalo".

Su diseño es realmente espectacular y está muy bien proporcionado y la deportividad que desprende, hasta estando parado, es abrumadora. Se nota el corte italiano por el descaro en sus trazos y la diferenciación respecto al resto de sus competidores, puesto que os aseguro que no encontraréis nada parecido en el mercado y mucho menos; en este segmento tan conservador.


Sus faros frontales afilados y cuya luz diurna señala al centro de la original y única parrilla delantera triangular que esconde el "corazón" de la máquina, las nervaduras de la carrocería, y unos voladizos muy cortos, gracias a su enorme batalla (la más grande del mercado), nos da unas pistas inequívocas de las capacidades reales del Giulia.

Y es que la nueva creación de Alfa no esta diseñada sólo para ser admirada, sino que también es un coche diseñado para conducir y para disfrutar haciéndolo.

Como no podía ser de otra forma; el Giulia es pura pasión, al igual que el resto de la gama de Alfa Romeo y seguro que ganará muchos más adeptos en esa religión extraña, cuyos seguidores se autodenominan "alfistas". Su estructura nos permite adivinar que es un coche extremadamente eficaz en cualquier tipo de vía y sus motores son el complemento ideal para una berlina a la que se le suponen las prestaciones con solo echarle un vistazo.

Si no tenemos en cuenta su versión Quadrifoglio Verde de 510cv, el resto de sus motores suman eficiencia y prestaciones hasta en sus versiones más básicas, puesto que la utilización de aluminio en su construcción es masiva y todas las mecánicas están muy afinadas para ofrecernos sensaciones por defecto.

En diésel, contamos con un único bloque 2.2 y tres gamas de potencia: 136, 150 y 180cv, este último, como el que montaba la unidad que ilustra estas líneas. En gasolina tan solo hay una mecánica 2.0 con unos increíbles 200cv y el motor procedente de Ferrari con 510cv.


Podrán ir asociados a transmisiones manuales de 6 relaciones o automáticas de 8 marchas, según la versión escogida. También contaremos con la inestimable ayuda del selector DNA, que modifica de una manera sustancial el comportamiento del vehículo, según el día o el humor que tengamos.

El Giulia vendrá con las últimas tecnologías disponibles en materia de seguridad e infoentretenimiento y un equipo de serie muy completo, al que podremos añadir complementos opcionales para dejar nuestro Giulia "de dulce". 


El interior destaca por su lograda ergonomía, en donde todo está descaradamente orientado al conductor y todos los mandos se encuentran al alcance de la mano, para que solo nos preocupemos de conducir. Lo más llamativo es el volante, que es bastante fino y deportivo para lo que se estila en nuestros días y en este segmento y además; incorpora el botón de arranque, haciendo un guiño a los Ferrari modernos.


La jornada concluyó con un pequeño piscolabis y una copa de limoncello muy fría, que palió el "calentón" de ver semejante obra de arte e ingeniería con nombre de mujer.

Ahora sólo nos queda esperar a probarlo y despejar todas las dudas que podamos tener sobre su comportamiento. Mientras tanto; tan solo nos conformaremos con observarlo y soñar... 


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