Prueba: Infiniti Q30 Premium 2.2d.




Infiniti es una marca de tipo premium, que por desgracia; aun le queda a mucha gente por descubrir. Al igual que Lexus, que es la marca de lujo de la más popular Toyota y rival directo; Infiniti pertenece al aura de un gran Grupo automovilístico como lo es la alianza entre Renault y Nissan, por lo que esta marca japonesa es la marca premium derivada directamente de Nissan.

Pero es que a su vez; en un mundo tan globalizado y en el que hay que economizar en términos de producción para ser más competitivos; muchas marcas comparten experiencia y especialidades con otras y aprovechando las sinergias que la alianza Renault-Nissan comparte con Mercedes-Benz, lógicamente Infiniti se aprovecha de varias de las soluciones de ambos mundos para ofrecernos un producto realmente redondo y atractivo.

El Infiniti que os vamos a presentar hoy, es un vehículo que le hacía falta a la marca japonesa, ya que en su tardía incorporación al mercado europeo, nos ofrecía unos coches con muchísima calidad y tecnología, pero que partían con el Q50 desde el segmento D, que es el de las berlinas, y culminaba con el QX70, como SUV más alto de gama. Esos vehículos estaban más orientados al mercado norteamericano, acostumbrados a coches grandes y potentes y los cuales; tenían una muy buena aceptación y una fama muy bien consolidada como marca.

Pero Europa es otro tipo de mercado y el Q30 viene para meterse de lleno a competir entre uno de los segmentos más demandados que es el de los compactos, pero con el aliciente de su categoría más premium, así que se mete en un enfrentamiento directo con los "cocos" como el Audi A3, el BMW Serie 1 y el Mercedes Clase A, al que se le podría considerar su "Némesis" directo.

¿Por qué digo esto?, porque el Infiniti Q30 tiene más del Mercedes Clase A de lo que a simple vista parece, ya que debido a las sinergias compartidas, el Q30 obtiene muchas soluciones empleadas en la Clase A de la marca alemana, solo que con una estética claramente diferenciadora y sus propias aportaciones, que veremos a lo largo de esta prueba dinámica.

Su línea exterior nos genera una visión extremadamente dinámica y moderna, en donde diferentes trazos superpuestos y líneas de tensión repartidas por la carrocería, nos inspiran movimiento aún estando el coche parado.


Si partimos desde el frontal, unos grupos ópticos afilados y una parrilla delantera muy bien trabajada, conforman una "cara" muy atractiva y diferenciadora que lo hacen bastante agresivo de manera visual, gracias también a sus luces diurnas de tipo LED tan características. Esa fluidez de líneas se distribuyen hacia los laterales en donde parece que ha sido el propio viento el que ha esculpido los paneles de la carrocería erosionándolos y de esa manera, se ha conformado un coche altamente aerodinámico.

Es probablemente esa vista lateral la más llamativa, ya que sus profusas líneas de tensión que recorren las puertas y que se funden desde la parte delantera hasta desembocar en la zaga, parecen obra de la naturaleza y no de los diseñadores, por lo que remarcan el carácter dinámico del Q30 de una manera sorprendente.


En la vista trasera, también nos encontramos con un diseño muy elaborado, con una luneta que cae de una manera muy pronunciada desde el techo (algo pequeña para mi gusto), y que parte desde un prominente alerón, que también se parece fundir con el pilar B, que a su vez, incide en el lateral con forma de flecha. Es una visión poderosa, rematada con una doble salida de escape perfectamente integrada por debajo de las protecciones en el paragolpes trasero.


Sí; he dicho protecciones. Como podéis observar en las fotos, el Q30 tiene una especie de banda negra que recorre todos los bajos del vehículo. Esa banda negra está puesta a modo de protección de la carrocería, ya que el Q30 está un poco más elevado que lo que viene siendo habitual en un compacto, lo que le confiere una imagen exterior a caballo entre un SUV y un compacto, y nos permite meternos por caminos de grava  o de concentración con un poco más de despreocupación de la que lo haríamos con un compacto cualquiera.


No obstante; tenemos también una versión denominada QX30, que sí que tiene unas mayores cualidades todo camino y cuyo esquema de suspensiones está mucho más capacitado para realizar incursiones un poco más atrevidas, pero no obstante; la altura del Q30 estándar ya está bien.

De hecho; el esquema de suspensiones se asemeja a lo que podríamos encontrarnos en un Mercedes GLA, por lo que estamos ante un vehículo en el que la amortiguación bastante blanda, unido a una mayor altura respecto al suelo, nos procura un filtrado excepcional sobre lo que ocurre debajo de las ruedas.

Es probablemente uno de los vehículos más cómodos que hemos conducido hasta la fecha. El interior del habitáculo, perfectamente aislado, era un auténtico remanso de paz y unido a una gran elección de materiales, unos ajustes excepcionales y unos asientos especialmente confortables; nos trasladaba la misma sensación que tenemos cuando estamos tranquilamente viendo la televisión en el salón de nuestra casa.


El habitáculo en general, también es bastante amplio y engañoso, ya que a su gran superficie de chapa y poca de superficies acristaladas, nos podría dar la impresión de que es un interior pequeño, pero nada más lejos de la realidad. La sensación de holgura es excelente en todas sus plazas, tanto por altura, como por anchura, como para espacio para las piernas en las plazas traseras. El maletero por su parte, no es excesivamente grande, pero sí muy aprovechable y con 368 litros, se encuentra dentro de los parámetros del tamaño medio del segmento.

Volviendo al interior; es un coche tan ergonómicamente estudiado, que parece que lo hayamos conducido toda nuestra vida desde el primer momento en el que nos sentamos al volante. Todos los mandos (o la inmensa mayoría) que nos encontramos en el cockpit de conducción, proceden de la gama Mercedes Clase A, por lo que nos encontramos ante un cuadro de mandos con una calidad sublime y muy conocido por nosotros.

El excelente tacto del volante multifunción, los diferentes botones de control o incluso los indicadores de la capilla de relojes, proceden directamente de sus "donantes" alemanes y el habitáculo cambia en cuatro cosillas que lo hacen diferente e imprimen su propia personalidad Infiniti.

Por ejemplo; las toberas de refrigeración tienen un diseño propio y dejan de ser redondas. El selector del cambio automático es un cómodo y pequeño joystick  situado entre los dos asientos y sustituye a la palanca endosada en la columna de dirección de Mercedes, muy del gusto americano... También la pantalla táctil multifunción de 7 pulgadas del equipo de infoentretenimiento, está perfectamente integrada dentro de la estructuración del salpicadero y no tiene ese aspecto frágil y flotante que tanto se estila en otros modelos.

Por último; no sé si será por el toque individual de Infiniti o porqué motivo, pero la posición de conducción me pareció mucho más acertada que lo que había conocido en nuestra prueba del Mercedes CLA, con el que comparte muchos elementos. Los asientos, perfectamente tapizados en cuero de primerísima calidad y ajustables eléctricamente; nos recogen el cuerpo como si hubieran estado diseñados sólo para nosotros y además, nos ofrecen una gran sujeción lateral y a la altura de los hombros.

De hecho, la sensación de que parece que el puesto de mando estuviera diseñado para nosotros de manera individual es una sensación generalizada, ya que una de mis compañeras de apoyo en las pruebas, bastante más cautelosa que yo a la hora de ponerse a los mandos de un coche que no es el propio, no hizo más que sentarse al volante y conducir como que lo hubiera hecho toda la vida, por lo que la simbiosis entre coche y conductor es total y absoluta en todos los casos. Eso es algo que no podemos decir en otros vehículos, en los que tardamos un periodo de tiempo en adaptarnos.

Todo el puesto de mandos está orientado al conductor y sin ningún tipo de artificio estrambótico, nos ofrece una ergonomía casi perfecta. Los relojes de información nos ofrecen los parámetros imprescindibles al primer golpe de vista y los mandos de control del climatizador bi-zona o del equipo de audio están muy a mano. De todas maneras; entre los dos asientos también nos encontramos una ruleta con la que podremos elegir y navegar por los diferentes menús del sistema de infoentretenimiento de una manera más intuitiva y evitando apartar la vista en exceso de la carretera en la medida de lo posible.


Nuestro acabado denominado Premium, es uno de los intermedios y ya poseía un importante elenco de gadgets de equipamiento de serie. Entre otras cosas, nuestra unidad contaba con volante multifunción con levas detrás para accionar el cambio automático de forma manual secuencial, ordenador de a bordo, climatizador bizona, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con asistente da cámara trasera, Start/Stop, tapicería de cuero, asistente de arranque en pendientes, lector de señales de tráfico, selector de modos de conducción con tres posiciones: ECO, Manual y Sport, sistema de alerta por cambio involuntario de carril, sensores de lluvia y luces, llantas de 18 pulgadas, navegador, acceso sin llave, luces antiniebla delanteras y pilotos traseros con tecnología LED, control de velocidad de crucero y limitador y sistema de reconocimiento de voz, por poner algunos ejemplos.


En cuanto a elecciones mecánicas, disponemos de dos motores de gasolina y dos motores diésel con diferentes gamas de potencias. En este apartado también se han aprovechado de las sinergias con las otras marcas y en gasolina están disponibles un 1.6t con 122 y 156cv de potencia y un 2.0t con nada más y nada menos que 211cv.

En diésel; nos encontramos con un frugal 1.5d procedente de Renault y que genera 109cv y el correspondiente a nuestra unidad de pruebas que era un 2,2d de procedencia Mercedes y que genera 170cv.

Según versiones, pueden ir asociados a una caja de cambios manual de 6 relaciones o una automática de doble embrague de 7 relaciones, como también era el caso que nos ocupa en esta ocasión. Además; podemos elegir versiones con tracción delantera o si lo preferimos, con tracción total, siempre asociada a las motorizaciones más potentes.

El tandem 2.2d y la caja de cambios automática de 7 relaciones funciona muy bien en Mercedes, por lo que también se confabulan de una manera extraordinaria en el Infiniti. Es un motor, que curiosamente era bastante rumoroso y vibrante cuando funcionaba al ralentí en la posición N de la caja de cambios, pero que en el momento en el que insertábamos una marcha; se convertía en suavidad y silencio dentro del habitáculo.

Con un excelente par de 350 Nm no tendremos ningún problema en cuanto a recuperaciones puras y las prestaciones son también bastante destacables, ya que alcanza el 0-100 Km/h en 8,3 segundos y una velocidad máxima de 220 Km/h con un consumo mixto homologado de tan solo 4,4 l/100 Km, lo que no está nada mal.

Es una mecánica progresiva, pero no exenta de cierta respuesta instantánea a nuestros requerimientos con el pedal del acelerador.Si solicitamos potencia, la tenemos, pero no esperéis una aceleración que os pegue la espalda con el respaldo, sino que aceleraremos con contundencia pero de una manera continuada, sin "patadas" ni tirones.

No obstante; a pesar de su mecánica poderosa, no es un compacto que nos invite a correr, sino más bien es un coche ultra-confortable con el que seremos capaces de devorar kilómetros de autopistas a un buen ritmo de marcha y sin apenas cansarnos.


El esquema de suspensiones es extremadamente blando, algo que acusamos en los virajes más cerrados, donde percibimos que la carrocería se inclina más de lo que nos esperaríamos. No es un coche que nos dé ninguna sensación de inseguridad, y realmente va muy aplomado sobre cualquier tipo de vía, pero como hemos indicado al principio, su mayor altura respecto al suelo, un peso de algo más de 2 toneladas y esa amortiguación ligera, no lo hace un coche "ratonero" o de "tramos" sino más bien lo convierten en una auténtica alfombra voladora aislada totalmente de cualquier contacto físico con la superficie.

Supongo que ese comportamiento mejorará en el caso de adquirir la versión tope de gama Sport, con unas suspensiones más duras y deportivas, o con la tracción total, que lo hará mucho más efectivo en curvas cerradas a una mayor velocidad, pero os aseguro, que perderá todo ese confort del que hace gala nuestro Q30, digno de berlinas superiores.


Conclusión final.

El nuevo Infiniti Q30 es un "señor" coche en el más amplio espectro de la palabra. Es un vehículo que ha llegado a los concesionarios europeos como agua de mayo, ya que es un producto que le hacía falta a la marca para completar una gama que se quedaba algo escasa en estas latitudes y que necesitaba de un compacto para aumentar su margen de maniobra.


La verdad es que les ha salido un coche de lo más original, pero sin perder los rasgos generales con los que nos pretende conquistar la marca japonesa. Un vehículo con un carácter premium intrínseco y una imagen diferenciadora respecto a la competencia directa y que además, nos ofrece un cierto toque SUV sin serlo, haciendo un ligero guiño al segmento con mayor aumento de ventas año tras año.


A pesar de la que las comparaciones son odiosas, es indudable que se han aprovechado de la colaboración de la alianza Renault-Nissan con Mercedes Benz y han cogido lo mejor de la marca de la estrella y lo han envuelto en otro concepto de vehículo, aportando soluciones propias y porqué no decirlo; mejorando los pocos flecos en los que la marca alemana podría haber cometido errores.

Su diseño diferente, es reconocible como parte de la gama Infiniti, con rasgos que se mantienen comunes en todos sus vehículos, pero con una carrocería con infinidad de líneas de tensión que hacen parecer que el coche está en movimiento aún estando parado y cuyas nervaduras repartidas por toda la chapa parece que han sido esculpidas por el propio túnel de viento. No obstante; el Infiniti Q30 tiene un gran coeficiente aerodinámico de 0,31.

El interior rebosa calidad por cualquiera de sus poros. Nos recibe un habitáculo en el que el cuero es el auténtico protagonista, incluso para el revestimiento de parte del salpicadero, y además; los ajustes de todos los materiales y paneles son de primera, por lo que es previsible que no nos encontremos los típicos "grillos" futuros a costa del desgaste.

Todos los mandos de control proceden de Mercedes y en general; los chicos de Infiniti se han limitado a crear una habitáculo más propio y con un carácter algo menos desenfadado que en la gama Clase A, pero mejorando en algunos aspectos en los que creen que Mercedes ha "patinado".

El equipo de serie es muy amplio y más que suficiente en el acabado Premium, que es uno de los intermedios dentro de la gama Q30. Pocas opciones nos quedarían para completar el extenso equipamiento, por lo que en esta materia, estamos ante un vehículo con una gran relación entre calidad-precio-equipamiento.


Las mecánicas a elegir son más que suficientes para el tipo de clientes que elegirán un Infiniti Q30, aunque personalmente descartaría la mecánica diésel de acceso y 109cv, ya que me parece un motor insuficiente para un coche con la prestancia y las características de Infiniti. Nuestro más apropiado 2.2d con la caja de cambios automática de doble embrague, tiene un ratio de potencia perfecto para mover con soltura las más de 2 toneladas del conjunto y nos ofrece una respuesta contundente, pero progresiva y sin perder en ningún momento, la baja rumorosidad en orden de marcha. Las prestaciones también son muy dignas para un compacto de estas características y no tendremos nunca ningún problema por falta de respuesta.

En cuanto a la dinámica de conducción, el Q30 que ocupa nuestra prueba de hoy es muy apropiado para realizar largos viajes por vías en buen estado, de la manera más cómoda y confortable que hayáis experimentado en la vida. No es un vehículo que se sienta especialmente cómodo en una carretera revirada con curvas muy cerradas, dado a que su esquema de suspensiones es bastante blando y no es amigo de los cambios bruscos de apoyo.


Probablemente eso mejore con el acabado Sport, disponible con una suspensión deportiva específica, que seguro que contiene mucho mejor las inercias de la carrocería en las curvas más fuertes, pero que también es seguro, que perderá parte del confort de uno de los coches más cómodos que hayamos conducido jamás.

Los mayores inconvenientes que pude descubrir en el Q30 fueron una luneta trasera excesivamente pequeña y el sistema de acceso sin llave, bastante incongruente, si tenemos en cuenta que hay que sacar la llave del bolsillo para arrancar el coche...


El tema de que tuviera la suspensión tan extremadamente blanda, pues no podría definirlo como un "fallo" del coche, ya que esa suspensión que hacía cabecear al conjunto en curvas a cierta velocidad, es la misma suspensión que nos ofrecía una de las mejores experiencias en materia de confortabilidad que hayamos experimentado dentro de un vehículo en los últimos tiempos. Por eso en Infiniti, nos ofrecen soluciones para todos los gustos, acabado Sport, tracción total...

El nuevo Q30 es un buen coche. Un compacto muy apropiado para un abanico de clientes muy amplio, que nos ofrece una alternativa original a los consagrados alemanes, con unos niveles de acabados que nada tienen que envidiar a los "intocables" del segmento, un gran equipamiento de serie y mecánicas contrastadas, a priori, con una alta fiabilidad, procedentes de las sinergias entre los diferentes grupos automovilísticos.


Las comparaciones son odiosas y cada marca tiene su personalidad propia; pero si tenemos en cuenta que el Infiniti utiliza el interior de un Mercedes Clase A actualizado, mecánicas de Mercedes, transmisiones de Mercedes, lo iguala en acabados en el interior, lo supera en confort de marcha y posee una estética diferenciadora, original y atractiva... ¿Cual elegirías?.

Haciendo un símil, es como si un alemán se va a vivir a Japón y al cabo de unos años vuelve empapado de la cultura ancestral del país oriental. Sigue siendo alemán, pero con otras costumbres, otra forma de vestir y otra forma de pensar. Habrá a quien le guste y habrá a quien no le guste, pero lo que está claro es que el cambio no dejará indiferente a nadie.



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