Prueba: Renault Clio 1.2 TCe GT-Line.



Siempre os estamos ofreciendo (o intentándolo) las últimas novedades que se lanzan al mercado, por eso pensaréis que el coche que vamos a probar hoy, es un coche que ya lo tenéis muy visto y que lo conocéis de sobra, así que vais a dejar de leer el artículo y vais a pasar a otra cosa. Pues estaríais muy equivocados...

Podríamos haber hecho una sesión de fotos con el Clio que se vendía hace un par de meses y el que estáis viendo en las imágenes y haber hecho la típica prueba de habilidad de buscar las diferencias, pero no tuvimos la oportunidad de hacernos con los servicios de una unidad precedente, así que os invito a que las busquéis antes de seguir leyendo.


La verdad es que son pequeñas pinceladas, pero indudablemente, son unos nuevos trazos que seducen. De hecho; me llamó la atención de que mientras pasaba desapercibido para la mayoría de los conductores, los propietarios de un Clio de última generación se nos quedaban mirando con cara contrariada pensando algo así como: "¿Es diferente al mío?" "Pero si me lo compre hace poco y no vi a este..." o "Pero que coño...". La cuestión es que eran esos propietarios los que se dieron cuenta a simple vista de los cambios sutiles, pero sustanciales, del Renault Clio 2016.

Para la marca francesa, las aportaciones de sus consumidores suelen ser tomadas en cuenta y en este restyling del Clio, han solventado algunos flecos que dejaron sueltos en la generación anterior y que le hacían parecer un coche más básico de lo que era, además de proporcionarle una nueva imagen con más carácter.


Si observamos con detenimiento el exterior, nos damos cuenta de que la parrilla delantera ha cambiado de una manera sustancial. Se han eliminado las luces diurnas que, en algunas versiones, iban situadas en el lateral de los faros delanteros y ahora, están incorporadas dentro de los nuevos grupos ópticos, que también han cambiado su diseño y que según versiones (la nuestra los montaba), son de tecnología LED.

Estos nuevos faros delanteros de tipo LED nos proporcionan hasta un 20% más de visibilidad, con una luz blanca intensa, pero que no molesta a los vehículos que vengan de frente. Su nuevo diseño le aporta un carácter más premium al nuevo Clio y además, las luces diurnas, también con diodos LED, adquieren la seña de identidad de los nuevos modelos de la marca, ya que tienen una forma de C invertida al igual que los recientes Megane y Talisman.

Un rediseño de los paragolpes delanteros y un mayor protagonismo del rombo del logo, terminan por cerrar los cambios sufridos por el frontal. En la zaga alguno menos, ya que se han limitado a rediseñar los pilotos traseros y hacerlos con una imagen más tecnológica, más pequeños y con un haz de luz más visible, también gracias a su nueva tecnología LED.

Nuestra unidad de pruebas tenía el acabado deportivo GT-Line, así que debemos añadir algunas cosas más que diferencian el exterior de este modelo en concreto. Por ejemplo, recibe una nueva cola de escape más racing y que nos brinda un sonido más enérgico, pero sin resultar molesto, además de contar con una especie de difusor trasero, pintado de color gris en contraste con el precioso Azul Rayo.

También los retrovisores exteriores vienen pintados del mismo color e incorporan los intermitentes integrados. Las llantas de aleación de 17 pulgadas, van a juego y tienen un diseño muy atractivo para esta versión, que van montadas en neumáticos 205/45 R17.

Esto en cuanto a estética exterior y cambios sobre la carrocería, que al fin y al cabo, es lo más visible del Clio 2016. Ahora nos incorporamos al interior, no sin antes, detenernos en el maletero, que en este modelo cuenta con una capacidad de 300 litros..., bueno no; 300 litros sería en otra versión, ya que al incorporar el equipo de audio del especialista Bose, esa capacidad se reduce sustancialmente hasta los 230 litros, puesto que hay que alojar el altavoz de graves y el amplificador. No obstante, a pesar de tener esta capacidad reducida, es muy aprovechable y cuenta con un doble fondo para nuestros enseres.


Las plazas traseras mantienen la misma configuración del modelo precedente y no habrá muchos problemas para que dos adultos se encuentren cómodos, siendo la tercera plaza central, algo más angosta, como viene siendo costumbre en todos los coches. Delante, nos encontramos con unos asientos acordes con nuestro acabado de aspecto deportivo. Y es que ya nos pasó cuando probamos el Megane con el mismo acabado; son unos asientos que te atrapan...

Tienen una gran sujeción lateral y una vez que nos acomodamos e incrustamos nuestra espalda y caderas, no nos permitirá ningún desplazamiento por mucho que intentemos hacer las curvas como auténticos energúmenos.

Cuenta con acabado mixto de dos tipos de tela, una normal y una tela técnica ligeramente rugosa que también tiene una razón de ser, ya que también influye en una mejor sujeción, puesto que hace una especie de efecto belcro con nuestra ropa en caso de deslizamiento. No es tan rugoso como para desgastar nuestros vaqueros, que ya os veo venir..., pero lo suficiente como para producir ese efecto.

La posición de conductor se encuentra bastante rápido gracias a sus múltiples reglajes tanto en el asiento como en el volante. Observamos que el nuevo Renault Clio se ha refinado y donde antes existían plásticos de aspecto básico, se han sustituido por otros con el grano de mayor calidad y utilizados en vehículos de más alta gama.


También han tenido en cuenta algo de lo que casi siempre nos "quejamos" que es el panel central en plástico denominado "Piano Black", que se ha puesto de moda en muchos nuevos modelos, incluido el Clio precedente. Este tipo de plástico con ese acabado negro brillante es muy bonito al comprar el coche, pero no he visto material en el que se adhiera tanto la suciedad y la grasilla de nuestras manos que en ese.

En el nuevo Clio ya han utilizado otro tipo de material, pero con un acabado similar, así que ya no es un auténtico imán para el polvo y la suciedad de nuestras "pezuñas" (bueno, algo menos...) y nos durará más tiempo con ese aspecto visual atractivo de origen.

También se han sustituido algunos mandos de control como los referentes a la regulación de los retrovisores eléctricos y elevalunas, siendo ahora mucho más atractivos y serios en cuanto al aspecto visual se refiere. También encontramos un nuevo panel de iluminación en el techo de un carácter más sobrio y de mayor prestancia que el que existía, con un aspecto de plafón de plástico comprado en los chinos. Son pequeñas cosas que marcan diferencias y a pesar de que sean elementos menores que no van a hacernos decantarnos por una marca u otra, han hecho bien en aportarlos un mejorado aspecto.


El resto del interior, mantiene el mismo diseño que la generación precedente, con unos mandos muy bien situados y fáciles de interpretar, un cuadro de instrumentos al que le han aportado un poco más de colorido y en el caso de nuestra unidad GT-Line, también contaba con embellecedores del mismo color de la carrocería en las toberas de refrigeración y costuras azules repartidas tanto en el volante, como en la palanca de cambios y en los asientos.


Los pedales acabados en aluminio y perforados, el bordado sobre el reposacabezas de los asientos delanteros y una placa en la base del volante, nos recuerdan continuamente que no estamos ante un Clio medianamente ciudadano, sino que estamos ante una versión que necesita "estirar las piernas" de vez en cuando...


El equipo de serie del coche que veis en las fotos, correspondería al acabado Zen, sólo que con el paquete GT-Line que añade todos los aditamentos que os hemos ido diciendo hasta ahora. Entre otros elementos, teníamos a nuestra disposición el sistema de apertura y arranque sin llave, asistente de arranque en pendiente, climatizador automático, sensores de aparcamiento traseros, equipo de audio Bose, sistema de infoentretenimiento R-Link Evolution con pantalla táctil de 7 pulgadas, Stop/Start, llantas de 17 pulgadas, faros Full Led Pure Vision, ordenador de a bordo, sensor de lluvia y luces, sistema ECO Mode o control de velocidad de crucero y limitador, al que le podremos añadir de una manera opcional, elementos de confort y seguridad, como los asientos de cuero y calefactados, techo solar panorámico o navegador, entre otras muchas cosas.

En cuanto a oferta mecánica, en Renault nos proponen varias alternativas para todos los gustos, tanto en diésel como en gasolina. Nuestra versión con ese precioso acabado de tipo racing, no podía llevar una mecánica como el básico 1.2 de 75cv, ya que no casaría para nada con esa estética. En cambio, sí que llevaba un 1.2, sólo que con turbo, lo que le hacía alcanzar los 120cv, cifra muy respetable para mover a un coche tan liviano como el Clio, que arroja en la báscula tan solo 1.195 Kg. Esta versión tiene un poco de sobrepeso, ya que también incorporaba la caja automática de doble embrague EDC de 6 relaciones.

El 1.2 TCe que probamos es un motor bastante silencioso y con un nervio muy interesante, tan solo limitado por la actuación de esa caja de cambios, que a pesar de tener un excelente funcionamiento, no dejaba acelerar a la potente mecánica de la manera que sí lo haría con una caja de cambios manual.

Con 120cv y 205 Nm de par máximo, es un motor muy enérgico y con una gran aceleración desde muy bajas revoluciones, amén de contar con una capacidad de recuperación muy importante. Alcanza los 100 Km/h desde parado en 9,2 segundos y escala hasta los 200 Km/h de velocidad máxima de una manera contundente, aunque sus reacciones no sean tan "eléctricas" como nos tienen acostumbrados los chicos de la marca en sus versiones de gasolina.

Anda realmente bien y el esquema de suspensiones no sé si también ha sido mejorado, ya que he conducido la versión anterior de 90cv y me pareció con un tarado más blando. En esta ocasión descubrimos un conjunto más aplomado y"juguetón" con muy pocas inercias y una amortiguación que soportaba muy bien los cambios de apoyo. Sus reacciones son muy previsibles y tenemos una muy buena información de los límites del vehículo, que por cierto, son bastante aceptables. ¿Tendrá algo que ver que sobre este chasis se está desarrollando también el futuro RS de 265cv?. Seguro que sí...

Asociado por defecto, al cambio automático EDC, nuestra versión de 120cv funciona de una manera muy correcta, aunque en ocasiones, adolecía de un retardo de entendimiento entre lo que queremos hacer y sus reacciones. Si no exigimos una conducción deportiva, ese cambio EDC es realmente delicioso, sin ningún tipo de percepción en el interior cuando cambia de marcha y con unos desarrollos muy acertados.


Para cuando queramos divertirnos, será mejor que desactivemos el modo ECO Drive, más orientado a un uso ciudadano y a una conducción tranquila, y seleccionemos el modo secuencial en la palanca de cambios, para de esta manera, poder disfrutar de un control más activo sobre la respuesta del motor.

Esta función nos permite jugar con el cambio y aprovechar hasta el límite las prestaciones de esta deliciosa mecánica, aunque cuidado; porque al ser una caja de cambios de doble embrague, observamos que la capacidad de retención cuando queremos aprovechar el freno motor es casi nula, así que tendremos que abusar algo más de los frenos. Esos frenos tienen un gran mordiente, aunque no sé hasta que punto nos generarán un desgaste prematuro en el caso de que tengamos casi siempre una conducción enérgica. Además; los traseros son de !tambor!, algo que ya creía en desuso...en fin.


Conclusión final.

La nueva presencia del Renault Clio nos parece muy acertada. Con unos ligeros retoques, actualiza su ya atractiva imagen y le aportan un poco más de prestancia a una de las bases fundamentales de la marca francesa.


Los faros delanteros y traseros con tecnología Full LED son muy bonitos y su diseño está mucho más depurado. Además, nos permiten una mayor visibilidad tanto para nosotros como conductores, como para los vehículos que nos preceden. Actualizan la imagen del utilitario del rombo y le dan una presencia mucho más sobria y seria, pero sin perder un ápice el espíritu del Clio y sin perder de vista al grupo de clientes que demandan este tipo de vehículos.

En el interior más de lo mismo. Los sutiles cambios sufridos en cuanto a materiales utilizados en los paneles, algunos mandos de control y la ganancia en cuanto a calidad visual general, demandan un puesto más reconocido y premium dentro de la categoría del segmento B.

En nuestro caso, el paquete GT-Line influye y remarca aún más, un carácter dinámico que se intuye nada más ver el conjunto. El exclusivo y bello color exterior Azul Rayo, con los contrastes en gris del difusor trasero y en los retrovisores exteriores, junto con unas preciosas llantas de 17", nos transmiten cierta deportividad incluso estando el coche parado.

El interior certifica nuestras impresiones, con los mismos tonos azules del exterior en varias molduras, en las costuras del tapizado, pedales de aluminio perforados y unos asientos deportivos con un gran agarre lateral y un mullido perfecto para no castigar demasiado nuestras espaldas.

El espacio disponible en todas sus plazas, mantiene la misma tónica que en su predecesor y en cuanto a la capacidad del maletero, entra dentro de los parámetros del segmento, sin ser precisamente de los más grandes, aunque si optamos por instalar el increíble sistema de audio opcional Bose, nos restará aún más espacio, algo que depende en qué situaciones, puede resultar relevante o no.


Todos los mandos los encontramos muy a mano y la nueva calidad de materiales, junto con unos ajustes excelentes, nos transmiten una agradable sensación de estar ante un coche de superior categoría. Sólo pondremos un "pero" en la situación del botón de arranque, algo baja, y sobre todo, del botón para activar el control de velocidad de crucero y el limitador, que siguen manteniéndolo entre los dos asientos delanteros y no me parece la mejor situación.

El equipo de serie es suficiente para cualquiera de los conductores que adquieren un vehículo en este segmento aunque se puede completar con las numerosas opciones que nos ofrece la marca, además de poder personalizar nuestro coche con nuevos vinilos y carcasas para el interior.


La mecánica 1.2 TCe nos pareció realmente espectacular y muy sobrada para mover con soltura los apenas 1.200 Kg del conjunto. Con 120cv y un par máximo muy considerable, nos ofrece una gran respuesta desde muy bajas revoluciones y sus consumos no se disparan a pesar de ser de gasolina, puesto que se conforma con 5,4 l/100 Km homologados por la marca. En nuestra prueba esos consumos alcanzaron los 7,5-8 l/100 km, pero también hicimos una conducción muy deportiva, algo que como es lógico, también influye.


Por otra parte, el cambio automático EDC de doble embrague nos pareció delicioso en cuanto a funcionamiento en una conducción normal. Ninguna transición entre marchas incómoda, imperceptible y con unas relaciones muy acertadas para proporcionarnos un ajustado consumo y una respuesta respetable. Aunque es incompatible para realizar una conducción deportiva. En ese caso tendremos que accionar el modo de cambio secuencial que nos permite un mayor aprovechamiento de las prestaciones totales de la fabulosa mecánica y a su vez, nos permite disfrutar del ranchillo de cambiar de marcha, algo con cierta tendencia a desaparecer...

El chasis, junto con el esquema de suspensiones, parecen un poco más enérgicos. El coche soporta muy bien los cambios de apoyo y nos transmite muy buenas sensaciones de conducción en todo momento, si bien estamos conduciendo tranquilos o bien, realizamos una conducción más dinámica.


Los frenos tienen a su vez un gran mordiente y se dosifica muy bien la fuerza de frenado desde el pedal, aunque no sé yo si nos decantamos por tener siempre una actitud deportiva, si los frenos no acusarán el desgaste prematuro y aparecerá el temido efecto "fadding".

En definitiva, el Renault Clio siempre ha sido un valor seguro. Ahora con este nuevo restyling, adquiere una imagen más sobria y una visión más tecnológica, con unos acabados y materiales mejorados, que a buen seguro, atraerán un poco más a clientes muy exigentes.
Por supuesto; el paquete estético GT-Line, con el que contaba nuestra unidad de pruebas, atraerá a un tipo de comprador más juvenil y que desee un vehículo utilitario con una estética ciertamente atractiva y acertada.


Sin apenas cambios, la sensaciones son mucho mejores, sobre todo en el aspecto visual. Eso es algo que seguro, maldecirán los que compraron un Clio hace escasamente un mes. Lo siento amigos..., el nuevo es un poco más atractivo.

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