Prueba: Volkswagen Tiguan 2.0 TDI Advance.



Volkswagen ha presentado hace poco tiempo la segunda generación del Tiguan, un SUV compacto que en su primera generación, marcó una tendencia dentro del segmento y fue uno de los pioneros en abrir el abanico de posibilidades de compra, ya que por aquel entonces, tan solo los japoneses, con sus Toyota Rav 4 o sus Suzuki Vitara entre otros, campaban a sus anchas dentro de un segmento que nunca hubiéramos imaginado que tendría tanto éxito.

En esta generación, se nos muestra con una imagen más "masculina"; con unos trazos más definidos, es más grande, más bajo y posee unas líneas mucho más musculosas que en su primera edición. Es perfectamente reconocible como un Volkswagen y de hecho, en algunas de las fotos incluso nos da la impresión de ser un Polo ensanchado, pero no es así.


Utiliza la plataforma universal de la marca denominada MQB, que también utilizan varios componentes del Grupo Volkswagen, desde el Golf, pasando por el Audi Q5 o el Skoda Superb, por poner unos ejemplos dispares. Es una plataforma excelente para un vehículo como el nuevo Tiguan, ya que gracias a su polivalencia, permite a este nuevo SUV acercarse en la conducción a modelos muy orientados al asfalto y a realizar grandes viajes con el mayor confort posible y con total seguridad.

No nos engañemos; el mundo de los SUV, se está "asfaltizando" poco a poco, ya que prácticamente ninguno de sus usuarios irrumpirán en terrenos demasiado rotos con sus vehículos, así que el nuevo Tiguan, es un gran aliado en carretera, ya que nos ofrece un rodar especialmente cómodo y se conduce más como un turismo, a pesar de tener una posición de conducción más elevada.


Pero luego nos meteremos con sus cualidades dinámicas. Primero, vamos a fijarnos en su carrocería, en su nuevo diseño, en su habitabilidad y en su interior.

Como os he dicho al principio, el nuevo Tiguan se nos muestra con una carrocería más rotunda y masculina. En la vista frontal, reconocemos la impronta de la marca, con esos faros cuadrados y felinos, que culminan una visión moderna y actual, aunque fieles al estilo de las firmas alemanas, la sobriedad está por encima de todas las cosas. No hay ningún alarde decorativo que sobre o que falte, todo tiene su funcionalidad. Los faros en nuestro caso contaban con tecnología LED para todo, pero existe una opción que hay que pagar aparte, en la que esos faros Full LED también son dinámicos e inteligentes.


En la vista lateral, nos percatamos de una profusa línea que marca su carácter dinámico y que recorre todo el perfil entre los dos pasos de rueda. También observamos que todo el coche cuenta con unas taloneras de plástico para protegerlo de los pequeños chinazos y rozaduras, por si nos da por meternos en caminos sin asfaltar.

Ya en la parte trasera, los faros, también de tecnología LED son ahora mucho más atractivos visualmente y se acercan en cuanto a diseño a lo que ya conocemos de los nuevos productos de la gama Volkswagen. El portón que da acceso al capaz maletero de 520 litros, con los asientos posteriores situados en posición normal, está situado en una altura bastante asumible desde el suelo, por si queremos alojar objetos voluminosos y pesados. Es un maletero muy aprovechable, que además, puede aumentar de una manera exponencial si abatimos los asientos traseros por secciones, para lo cual, hay sendos tiradores en la parte superior de los laterales, dejando una superficie de carga totalmente plana.

Esa banqueta también se puede desplazar de forma longitudinal, así que el maletero pude pasar desde los 520 hasta el máximo de 615 litros sin la necesidad de abatir esos asientos.
Nuestra unidad no lo montaba, pero opcionalmente, el maletero se puede abrir por medio de sensores situados bajo el paragolpes trasero, con sólo pasar un pié por debajo y teniendo las llaves en el bolsillo.

Ahora contamos con una carrocería que crece respecto a su antecesor hasta los 4,48 metros, por lo que entendemos, que será un beneficio para la amplitud del habitáculo. En las plazas traseras, dos adultos no tendrán problema para alojarse en sus cómodos asientos, ni por altura ni por espacio para las rodillas. Quizás sí que esté un poco penalizado en cuestión de anchura. Un tercer pasajero encontrará la plaza central cómoda, pero como consecuencia de un túnel central voluminoso, no se encontrará tan cómodo a la hora de poder alojar los pies.


Me gustaron detalles como las mesas auxiliares que encontramos en los respaldos de los asientos delanteros, que eran plegables y contaban hasta con un auténtico posavasos y no uno de esos pequeños huecos en donde se te puede volcar la bebida en la primera curva. También tenemos acceso a una climatización independiente, gracias a que el sistema es tri-zona y podemos contar con mandos para regular la temperatura de las plazas posteriores.

En el puesto de conducción, nos encontramos a la perfección casi al instante, gracias a los múltiples reglajes de los asientos y el volante. Por supuesto, nos encontramos un poco más elevados que si iríamos en un turismo, pero no es una sensación exagerada.

Los mandos que nos rodean son claros y fáciles de accionar. Básicamente, el interior nos recuerda a cualquier modelo de la marca, así que la ergonomía es uno de sus fuertes principales. El cuadro de relojes era analógico, con una información precias al primer golpe de vista y con una pequeña pantalla central TFT en donde podemos consultar diferentes parámetros del ordenador de a bordo. Opcionalmente, podemos adquirir el Volkswagen Digital Cockpit, donde esos relojes analógicos se sustituyen por una pantalla de 12,3 pulgadas en donde podremos variar todos los parámetros y tipo de visión, dado que es totalmente digital y configurable.


En el volante multifunción, tenemos lo imprescindible para controlar ciertos elementos sin la necesidad de tener que soltar las manos del aro. Ahí tenemos los mandos del Bluetooth, del asistente por voz, del equipo de audio, el limitador y control de velocidad de crucero y el ordenador de a bordo.


En el resto del salpicadero nos encontramos con los mandos del climatizador, un par de puertos USB y por supuesto, la gran pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento de 8 pulgadas y con una gran visión incluso cuando el sol le da de pleno. Es curioso, ya que cada vez que acercamos la mano a la pantalla, emerge un menú con los posibles datos que queramos visionar en ese instante, todo ello, sin necesidad de tocar la pantalla.

El equipo de serie en nuestra unidad de pruebas con el acabado Advance, no está nada mal y entre otros elementos, incluye asistente de arranque en pendiente, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de visión trasera y posibilidad de visión a 360º, asistente al aparcamiento autónomo, sensores de lluvia y luces, detector de presión de neumáticos, climatizador tri-zona, navegador con pantalla táctil de 8 pulgadas (9,2 en opción), ordenador de a bordo, Star/Stop, sistema automático de detección de peatones y obstáculos, alerta por cambio involuntario de carril y mantenimiento en el mismo, llantas de 17 pulgadas, cargador de CD en guantera y guantera refrigerada o reconocimiento de señales de tráfico entre otros elementos. Después, podemos optar por adquirir los diferentes opcionales (que son bastantes y muy apetecibles) para completar nuestro Tiguan a nuestro antojo.


Pero vamos a ponernos en marcha. En esta ocasión; escogimos una ruta de asfalto con un firme un poco castigado, con curvas y desniveles importantes y sin arcenes.

A pesar de ser un SUV y mantener una altura respecto al suelo de 18cm, no es el vehículo perfecto para realizar una conducción más allá de pistas en buen estado. No obstante; hablamos de nuestra unidad de pruebas, ya que opcionalmente, si queremos realizar una conducción off road un poco más extrema, cabe la posibilidad de pedir un paragolpes delantero específico, que varía el ángulo de ataque desde los 16º que tenía nuestra unidad, hasta los 24º, ahora eso sí; la estética exterior también varía bastante.


Nuestro Tiguan, tan solo contaba con tracción delantera aunque, obviamente, podemos adquirirlo con la tracción total 4Motion, en la que contaremos además, con un mando que varía la respuesta de la mecánica y la electrónica, para circular por diferentes terrenos.

En asfalto, el nuevo Tiguan me encantó, ya que a pesar de su condición de SUV y en teoría, ser un coche más voluminoso, pesado y blando de suspensiones; su comportamiento es similar a lo que nos podamos encontrar en cualquier turismo convencional. No parece que nuestro centro de gravedad sea un poco más alto.


Durante nuestra ruta, pudimos someterlo a pruebas delicadas, como entrar un poco forzados en esas curvas o ver hasta qué punto se recuperaba el motor en los repechos o comprobar hasta donde era capaz de soportar en una sucesión de curvas enlazadas. No tuvimos ni el más ligero sobresalto.

El esquema de suspensiones del Tiguan, sumado a un aumento de batalla respecto a su antecesor, además de contar con menor altura, nos facilitaba la tarea de conducir y afrontar esa ruta de una manera bastante ligera. No sufría mucho en los cambios bruscos de apoyo y en las curvas largas, la carrocería apenas se inclinaba, ofreciéndonos una enorme cantidad de seguridad y aplomo bajo cualquier circunstancia. Ese esquema de suspensiones cuenta con un recorrido bastante corto, lo que sumado a su ligereza a la hora de la compresión, nos ofrece un gran compromiso entre seguridad y confort. Eso sí; si nos decantamos por meternos en pistas, esas suspensiones son bastante firmes y nos dejarán sentir los baches a la perfección.


Los frenos son bastante potentes y el tacto de la dirección es bastante milimétrico, aunque considero que está un poco carente de información sobre lo que ocurre debajo de las ruedas. Sin embargo; pudimos mantener un buen ritmo de viaje por esa carretera comarcal en la que los cambios de ritmo se sucedían con bastante frecuencia y había que estar muy concentrado a la hora de tomar esas curvas con seguridad, pero rápido. En ese aspecto; el nuevo Tiguan me sorprendió muy gratamente, ya que se comporta y se conduce como un auténtico turismo.

En cuanto al motor; no podemos hablar nada más que maravillas del propulsor 2.0 TDI que hemos probado en tantas ocasiones y que es una de las mecánicas más vendidas, y por lo tanto fiables, del Grupo Volkswagen.

Es un motor conocido por todos, que eroga 150cv al asfalto y 340 Nm de par máximo, por lo que las recuperaciones son bastante aceptables y podremos realizar adelantamientos con total confianza sin la necesidad de tener que actuar mucho sobre la caja de cambios, que en nuestra ocasión, era manual de 6 relaciones, con un tacto preciso y unas relaciones de cambio bastante bien escalonadas.

Tenía una respuesta contundente a partir de las 1.700 rpm y se mantenía a pleno pulmón, de una manera constante, hasta casi el corte de inyección. Con esa mecánica, el Tiguan puede alcanzar los 205 Km/h de velocidad punta y acelerar de 0-100 Km/h en tan solo 9,3 segundos. Pero lo mejor de todo, lo tenemos en los consumos, ya que se conforma con tan solo 4,7 l/100 Km en ciclo combinado.

Es una mecánica ruidosa al ralentí, pero que en el momento en el que adquirimos un poco de marcha, se vuelve totalmente imperceptible desde el interior.


Conclusión Final.

El Volkswagen Tiguan fue una referencia en el segmento y fue el primero en plantar cara a los modelos japoneses de la época en un territorio aún sin explorar. La nueva generación que os presentamos en este artículo, mejora en todos los aspectos a su predecesor y continúa siendo referente gracias a su imagen moderna, aunque poco rompedora, que gusta tanto a jóvenes como a personas de mediana edad.


Su carrocería se ha "masculinizado" y se ha convertido en un SUV con personalidad y carácter propio, que sin hacer ningún tipo de alarde fuera de lo común y manteniendo una postura conservadora en cuanto a diseño se refiere, sabe cómo conquistar al público. Actualmente se nos presenta como un vehículo más orientado a la circulación por asfalto, ya que en esta nueva edición, pierde un poco de altura y su batalla ha crecido, al igual que el resto del coche, que ahora alcanza los 4,48 metros de longitud.

Adopta y se adapta a las nuevas tecnologías y su equipo de serie así lo constata. En nuestro acabado Advance, ya contamos con un equipamiento suficiente, con multitud de soluciones en materia de seguridad activa y pasiva y en sistemas de infoentretenimiento y conectividad. Todos estos "gadgets" nos facilitan la conducción y hacen del nuevo Tiguan, un vehículo idóneo para afrontar largas travesías por carretera, tanto para el conductor, como para los pasajeros.

La habitabilidad es realmente buena gracias a ese aumento de tamaño, sobre todo en cuanto a distancia entre ejes se refiere. Cinco ocupantes viajarán plácidamente en su interior, aunque el pasajero de la plaza central de la butaca posterior no encontrará mucho espacio para dejar los pies por culpa del túnel de transmisión elevado.

Todos los mandos y la instrumentación, tienen una posición lógica y accesible. El volante multifunción cuenta con los controles imprescindibles para que no soltemos las manos en ningún caso y la pantalla central del equipo de infoentretenimiento, táctil y de 8 pulgadas, nos ofrece una visión excelente de lo que deseemos, sin brillos y con una interfaz bastante rápida e intuitiva.


Los materiales empleados son de buena calidad visual y táctil y aparentemente, cuentan con unos ajustes excepcionales, como no podía ser de otra forma en un vehículo de la firma alemana. En el interior, no se percibe ningún ruido externo durante la marcha, sólo se nota un poco el sonido de la mecánica en parado y al ralentí.

Dinámicamente hablando, lo más sorprendente del Volkswagen Tiguan es que, a pesar de su elevado puesto de conducción, su envergadura, su peso y su elevado centro de gravedad; se conduce como un turismo y no como un SUV convencional.


Su comportamiento es casi perfecto. Soporta muy bien los cambios de apoyo y la carrocería no inclina en exceso, gracias a un esquema de suspensiones con un tarado suave, pero con poco recorrido, que no permite que nos balanceemos demasiado. También tiene ciertas cualidades off road, aunque por caminos en buen estado y recorridos de escasa dificultad.

Por otra parte, para los más aventureros, cabe la posibilidad de sustituir el parachoques delantero por otro rediseñado específicamente para una conducción más extrema y que nos permite aumentar el ángulo de salida de una manera sustancial. También podemos adquirir nuestro Tiguan con tracción 4Motion, ya que nuestra unidad era tan solo tracción delantera.


Por último; la mecánica 2.0 TDI de 150cv es la que más ventas soporta dentro del Grupo y no es por casualidad. Su elevado par máximo nos permite unas muy buenas recuperaciones y sus prestaciones no son para nada despreciables en un SUV. Además, tenemos el aliciente de que sus consumos homologados también son bastante contenidos y las sensaciones que nos proporciona, son las de una mecánica muy capaz, con bastante fuerza desde bajas revoluciones y una patada constante y enérgica hasta casi el corte de inyección.


En definitiva; el nuevo Volkswagen Tiguan colmará las expectativas de un amplio margen de consumidores. Su halo de vehículo premium, pero sin entrar en marcas más sibaritas, su estética conservadora y discreta, pero enérgica y dinámica a la vez, su tecnología aplicada en diversas materias de seguridad y asistentes a la conducción, su amplio abanico mecánico y sobre todo; un rodar cómodo y confortable, sumado a un dinamismo poco común en vehículos de estas características, dan como resultado un SUV muy atractivo que convence. Conmigo por lo menos, lo ha conseguido.

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