Prueba: Mazda 6 2.2 Skyactiv-D Style+ Wagon




Nuestra primera toma de contacto con el Mazda 6, fue en las instalaciones del INTA en Madrid, en donde la marca japonesa nos presentaría la tecnología Skyactive y en uno de los circuitos más duros de España, con apenas 1,5 Km, utilizados generalmente para testar prototipos y a veces utilizado por alguna publicación del ramo; pusimos a prueba el increíble chasis de la berlina japonesa, también con carrocería wagon. Podéis recordar esa experiencia en este ENLACE.

Desde entonces ha llovido bastante, y hoy os vamos a presentar el nuevo Mazda 6, que si bien, no ha cambiado en exceso, sí que ha sufrido algunos cambios sustanciales que mejoran, aún más si cabe, el comportamiento general del coche.


Que en japón fabriquen coches con un alto índice de pasionalidad no es cosa nueva. Vivo ejemplo están en los Nissan GT-R, los Mitsubishi EVO, los Subaru Impreza… Pero los coches más mundanos, los más comunes, suelen ser simplemente medios de transporte, en general. Son fiables, son cómodos, tienen unas buenas mecánicas, una gran tecnología y son muy seguros pero, en general, son sólo eso; coches.

Mazda es una de esas marcas que siempre ha ido un poco a su “rollo”. Mientras los demás contenían la cilindrada y aplicaban turbos para darle un poco de vida al motor y así también, aquilatar los consumos; en la marca de Hiroshima mantenían los motores atmosféricos y se inventaban un sistema que ellos denominan Skyactiv, que produce el mismo efecto, pero sin la necesidad de convertir a la mecánica en algo mucho más complejo.


También están empeñados en popularizar el motor Wankel, que es un motor rotativo sin cilindros y que las demás marcas lo desecharon en su momento por su complejidad y no dudéis que Mazda, acabará por desarrollar esta mecánica tan curiosa y hacerla mucho más fiable y competitiva.

En lo que respecta a su gama, es una de las marcas que le dan un poco más de importancia al tema del dinamismo en la conducción y sea el coche que sea, es un gran espécimen con el que disfrutaremos conduciendo. Es el caso de la unidad que tenemos hoy en nuestras manos.

El Mazda 6 es la punta de lanza de la gama Mazda. Sus líneas maestras fueron las primeras en aparecer en nuestro mercado bajo la denominación “Alma en movimiento”, que después han seguido el resto de los componentes. Se trata de una berlina, con carrocería sedan o familiar, de 4,80 metros de longitud (la versión sedan, curiosamente es más larga y cuenta con 4,87 metros), de aspecto señorial pero, con unos trazos que inspiran un cierto regusto a deportividad, aunque en esta ocasión, estemos hablando de la carrocería más versátil y la más orientada a la familia. No obstante; cuenta con una gran capacidad de maletero de 522 litros, muy aprovechables y que además, posee elementos que nos harán la vida y la carga más sencilla, como ganchos para colgar bolsas o simplemente, un tirador con el que podremos abatir la banqueta posterior sin esfuerzo y por secciones, para así, aumentar el nivel de carga.

Su diseño exterior es ciertamente atractivo. A la versatilidad de una carrocería familiar, debemos añadirle un poco de pasión, con unos trazos dinámicos y líneas de tensión que se distribuyen a lo largo y ancho de la carrocería. Observamos unos pasos de ruedas muy marcados que enfatizan su carácter y también, unas formas afiladas desde el frontal, que en este caso cuenta con la parrilla cromada en forma de ala y le da un aspecto tridiménsional, hasta la zaga, en donde nos encontramos con unos trazos poderosos que culminan con una doble salida de escape. Toda una declaración de intenciones.


Pero este modelo en su versión 2017, también cuenta con mejoras que no se ven a simple vista, pero que ahí están. Para empezar, han cambiado alguno de los mandos y pulsadores del interior, simplificándolo en la medida de lo posible. Es en el nuevo volante, con un diseño más actualizado e importado del divertidísimo MX-5, en donde nos encontramos con los pulsadores de los diferentes elementos indispensables y de más uso, para que no tengamos que soltar las manos.


La habitabilidad interior tampoco está nada mal, ya que cinco adultos se podrán acomodar perfectamente en cualquiera de sus plazas. No nos dejemos engañar por su escasa altura respecto al suelo y por su línea de cintura; en el interior de la parte trasera cuenta con mucho espacio para las rodillas y también de distancia respecto al techo. El único "pero" es que debemos agacharnos algo más cuando nos toca entrar al habitáculo.

En el puesto de mando, nos encontramos también unos asientos cómodos, con una muy buena sujeción lateral. Lo primero que nos llama la atención es precisamente el bello volante, que además, da la sensación de ser chiquitín y nos invita a conducir sólo con mirarlo. En el resto del cuadro de instrumentos, todo está a mano y muy ordenado para que sea lo más intuitivo posible.

El único botón que encontramos en una posición poco común es el de arranque, puesto que se posiciona encima del salpicadero y al principio, seguro que haremos el amago de buscarlo alrededor del volante. Lo demás; lo tenemos cerca de las manos. El climatizador está muy a mano, la pantalla MZD Connect sobreelevada y con una gran visión, la palanca de cambios nos la encontramos en la mejor posición en la que podría estar y el mando HMI que controla el sistema MZD Connect, está justo por detrás de la misma, siendo también muy intuitivo y fácil de manejar.

En nuestra unidad de pruebas, correspondiente al acabado intermedio Style+, nos encontramos con un gran equipo de serie y entre otras cosas disponemos de climatizador bi-zona, volante multifunción con los mandos del Bluetooth, el ordenador de a bordo, el control de velocidad de crucero con limitador o los correspondientes al equipo de audio, equipo de infoentretenimiento MZD Connect con pantalla táctil de 7 pulgadas y mando HMI commander entre los dos asientos para poder actuar en marcha, asistente de arranque en pendientes, luces delanteras y traseras LED, lunas tintadas, arranque por botón, sistema de asistencia de frenada en ciudad, sensores de lluvia y luces, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de visión trasera, aviso de presión de neumáticos o llantas de 17 pulgadas, al que podemos añadir elementos como el navegador o el HUD, por poner un par de ejemplos, de manera opcional.

Por otra parte, también han mejorado el sistema G-Vectoring, por lo que el coche ahora es mucho más incisivo y estable en situaciones comprometidas. ¿Qué es eso del G-Vectoring?. Pues a ver como lo explico para que lo entendamos todos.


Digamos que tomamos una curva un poco pasados de rosca, con un Mazda 6 familiar como este, que ya tiene una longitud y un peso considerable. En condiciones normales, a la hora de seguir la marcha otra vez en línea recta y enderezar el coche, lo más probable es que salte el sistema ESP, que frena las ruedas correspondientes de una manera bastante brusca, para que podamos hacer el cambio de dirección de forma más o menos segura, pero detiene prácticamente nuestra marcha y además, destaca por su brusquedad a la hora de actuar.

El G-Vectoring actúa de una manera mucho más liviana e imperceptible, frenando sutilmente las ruedas que mantienen un mayor contacto con el asfalto, pero sin hacer que perdamos una velocidad excesiva. De esa forma, con micro-frenadas controladas electrónicamente, el conjunto es mucho más estable mientras tomamos esa curva, y a la hora de volver a enderezar el vehículo, no lo hace de una manera brusca, sino que nos permite afrontar el cambio de dirección sin la necesidad de girar tanto el volante y manteniendo siempre el control del mismo y sin perder apenas nuestra velocidad, puesto que también actúa sobre el par motor. No es que os esté alentando a que toméis las curvas como auténticos energúmenos, pero en un momento de despiste o en una maniobra de esquiva; nos permitirá hacerlo de una manera más controlada y segura ayudando y mejorando la función del ESP.

Es una situación imperceptible a no ser que vayamos a probarla expresamente. La verdad es que después de varias pasadas controladas en una glorieta apartada y sin tráfico, observamos como el Mazda 6 Wagon mantenía un aplomo increíble durante el viraje y a la hora de la salida, tan sólo teníamos que apuntar con el volante donde queríamos y seguir acelerando. No existían apenas derivas de la carrocería, ni hacía el amago de descolocarse, ni la intención de irse de morro, como suele suceder en los tracción delantera. Todo era puro agarre y la sensación de seguridad muy alta


En cuanto a la mecánica, testamos el ya conocido 2.2 diésel, que eroga 150cv al asfalto y tiene un par máximo de 380 Nm, por lo que nos permite una buena y muy contundente respuesta a partir de las 1.500 rpm, y nos ofrece una gran capacidad de aceleración y recuperaciones.

Sus prestaciones máximas también son bastante destacables, con un paso de 0-100 Km/h en 9,1 segundos y una velocidad máxima de 210 Km/h, con un consumo homologado en ciclo mixto de tan sólo 4,2 litros, aunque en condiciones reales nos mantuvimos alrededor de los 6,5 l/100 Km, lo que tampoco está pero que nada mal.


En nuestro caso, contábamos con un cambio manual de 6 relaciones, con unas inserciones muy precisas y con un tacto realmente adictivo. También podemos adquirir el Mazda 6 con cambio automático, aunque no será lo mismo. Por otra parte, existen versiones con tracción total, para aquellos a los que les motive ese plus de seguridad que nos ofrecen las cuatro ruedas motrices, pero tal y como va el Mazda 6, no es una opción de lo más necesaria.

En orden de marcha, observamos que la mecánica está siempre disponible y nunca nos da la sensación de falta de empuje. De hecho; en cuanto superábamos esas 1.500 rpm, notábamos una gran "patada" que nos pegaba al respaldo de los asientos. Es muy agradable de conducir en una situación relajada, con vías en buen estado, con una insonorización interior suficiente y unas suspensiones que, aunque de tarado bastante firme, absorbían perfectamente las posibles irregularidades del asfalto.

Pero en cuanto pasamos a carreteras más rotas de doble sentido y con varios tipos de curvas, es en donde realmente sacaremos partido al famoso "Alma en movimiento".

El Mazda 6 se pone el mono de trabajo y nos brinda un rodar excepcionalmente dinámico para tratarse de una carrocería familiar. Gracias al excelente chasis muy bien afinado y las ayudas electrónicas bastante permisivas; podemos disfrutar de la conducción por todos esos tramos que suelen ser más específicos de compactos deportivos. La suspensión contiene muy bien las posibles inercias de la carrocería, la dirección es milimétrica y muy comunicativa y el centro de gravedad bastante bajo, lo que nos permite un paso por curva espectacular y unos cambios de dirección muy incisivos.


Conclusión final:

El Mazda 6 Wagon es un coche plenamente recomendable para todos aquellos que les entusiasme todavía el mero hecho de conducir, pero que ya cuenten con familia y necesiten espacio vital para todos los enseres. Sí; ya sabemos que el mundo de los SUV está de moda y, probablemente, nos atraiga más por todos estos términos de espacio, versatilidad y posición de conducción elevada, pero lo que está claro es que un SUV, en la vida se va a conducir como un coche...


Uno de sus mejores reclamos es su carrocería, puesto que es llamativa y muy atractiva, además de mantener la versatilidad y el espacio que necesitamos para nuestros viajes. Visualmente atrae muchas miradas y es que la practicidad, no debería estar reñida con el diseño más puro y Mazda, ha sabido combinar las dos fórmulas en un mismo vehículo, a pesar de no ser un todo-camino.

Tenemos un gran maletero, que si bien, no es que sea el mejor de su categoría, es muy aprovechable en todas sus cotas y además, cuenta con elementos que nos ayudan a ubicar mejor nuestros enseres, como ganchos y bolsos en los laterales.

En el interior nos encontramos con un gran espacio vital en todas sus plazas, aunque debido a su escasa altura respecto al suelo, lo que condiciona su excelente centro de gravedad, tenemos que agacharnos un poco más de lo normal para poder acceder. Una vez dentro, existe mucho espacio para los ocupantes.

En el puesto de conducción, nos encantó el sentarnos en la misma posición que si de un compacto deportivo se tratara; bajos y con las piernas relativamente estiradas. También contaba con unos asientos cómodos y con una muy buena sujeción lateral.


Los mandos estaban muy a mano y los más importantes, se aglutinaban en el precioso volante heredado del Mazda MX-5. En el centro del salpicadero el resto de controles como los de la climatización y detrás de la palanca de cambios, perfectamente situada, se encontraba el mando giratorio HMI para manejar los parámetros del sistema MZD Connect, con pantalla de 7 pulgadas y una visión muy clara.

Los materiales utilizados en los paneles del interior destacaban por su gran calidad, con un buen tacto y unos ajustes excelentes, que nos acercan a un segmento premium con el que, a priori, no contaríamos en una marca como Mazda. La insonorización del interior es muy buena, algo que también es debido a su buen coeficiente aerodinámico.

La mecánica de 150cv es más que efectiva. A la frugalidad de consumos, debemos añadir una gran capacidad de respuesta desde muy bajas revoluciones y una buena cantidad de par máximo, que nos permitirá afrontar adelantamientos y repechos sin necesidad de tener que acudir demasiado a la caja de cambios.

En cuanto a comportamiento, es extremadamente cómodo en viajes largos por autovías y autopistas y disfrutaremos mucho conduciéndolo de manera relajada. Pero donde realmente disfrutaremos de verdad, es en carreteras convencionales con curvas ya que su comportamiento se asemeja más al de un coche con maneras deportivas que a un sedan familiar. Unas suspensiones tirando a duras, una dirección milimétrica e incisiva y la ayudas electrónicas, como el G-Vectoring mejorado, que nos permitirán realizar alguna "maldad" como si de un piloto profesional estaríamos hablando.


En conclusión, el Mazda 6, con esta carrocería Wagon es realmente sorprendente, ya que reúne en un mismo vehículo versatilidad y familia, pero con un alto índice de dinamismo y deportividad. Lo que no hagan estos japoneses…

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