Prueba: Volkswagen e-Golf



Aprovechando que el Volkswagen e & Hybrid Tour pasaba por nuestra tierra, no podíamos resistirnos a probar que tal funciona la movilidad del futuro en un turismo convencional de la actualidad. La hibridación, yo creo que es el siguiente paso intermedio y más racional, antes de que se consolide la movilidad puramente eléctrica y aunque ya existan modelos con este tipo de configuración y totalmente limpios, están todavía supeditados a una utilización ciudadana y no podemos viajar muy lejos con ellos.


Por ese motivo; nos provocaba una mayor curiosidad realizar la prueba de uno de los modelos eléctricos más versátiles y de carácter premium que existen en la actualidad, ya que las versiones híbridas y enchufables tanto del Golf, como del Passat, ambos con el sobrenombre GTE (el Passat ya pasó por nuestras manos), aunque apetecibles; pueden ser más comunes de ver en nuestro día a día y para una prueba rápida como esta (tan sólo estuvimos con él una hora), nos apetecía ofreceros el test de uno de los compactos más deseados desde hace más de 40 años.


Entre todas las opciones de las que os hemos hablado, nos decantamos por el Golf totalmente eléctrico (denominado e-Golf), que cuenta con una gran autonomía de 300 Km homologados, aunque en un uso más o menos normal andemos sobre los 200 o 220 Km reales.

La versión anterior, tan sólo contaba con una autonomía de 190 Km, por lo que la ganancia es evidente y eso se ha conseguido gracias al aumento de la capacidad de la bateria de iones-litio que se encuentra ubicada bajo el piso del coche y tras los asientos traseros, que ahora es de 35,8 kWh. Esta batería se puede recargar por completo en menos de 6 horas, si contamos con la WallBox homologada y cuya instalación, debe correr a cargo de un instalador profesional autorizado.

Y aquí nos encontramos, ante un precioso Golf blanco, totalmente eléctrico y con "las pilas" cargadas, así que vamos a conducirlo. Pero antes; os comento de una manera rápida cómo podemos distinguir al e-Golf del resto de la gama con tan sólo un vistazo.

Una de las diferencias respecto a un Golf común, es que, tanto en las versiones híbridas GTE, como en las versiones puramente eléctricas, existe una franja azul que recorre toda la parrilla delantera y parte y termina desde el interior de los grupos ópticos frontales. Es un color que nos evoca a pensar, de manera sutil e inconsciente, que estamos ante una unidad de las más "límpias" y eficientes de la marca alemana.

También común entre los híbrido y eléctricos de Volkswagen, son los rediseñados paragolpes delanteros que incorporan unas efectistas luces diurnas en forma de C en los extremos y que aportan un toque diferenciador evidente respecto al resto de la gama.

Pero lo que realmente distingue a las versiones eléctricas puras son sus ruedas. En el caso de las unidades eléctricas, contamos con ruedas eficientes de baja fricción, que favorecen el avance y reducen la resistencia al mismo, haciendo que, obviamente, consuma menos energía. También las llantas de 16 pulgadas son específicas y favorecen el flujo del aire alrededor del contorno de la carrocería. No son las llantas más bonitas del mundo, pero cumplen a la perfección su función.

Ya en la zaga, los nuevos pilotos de tecnología LED, (al igual que la iluminación delantera, que cuenta con la misma tecnología), aportan una visión muy tecnológica y atractiva e incluyen los intermitentes dinámicos. Aunque lo que más pistas nos dará de su condición de eléctrico, es la total ausencia de salidas de escape, que son sustituidas por un panel de plástico enmarcado en un embellecedor cromado.


En el interior, nos encontramos también sutiles cambios que nos indican que es un Golf "diferente". Además de una placa en la que pone e-Golf delante del selector del cambio, la tapicería de los asientos es distinta y nos encontramos pespuntes en hilo azul en el fuelle del selector, en el agradable volante de cuero y embellecedores en la misma tonalidad en el pomo del cambio.

Los materiales y plásticos utilizados para el cuadro de mandos y los paneles del interior son de buena calidad, aunque no tienen el aspecto premium al que nos tiene acostumbrados la marca alemana en sus vehículos, y los asientos delanteros son cómodos, pero carecen de una gran sujeción lateral como en otras versiones del Golf.


Por lo demás; la configuración de los mandos, su excelente ergonomía y la sensación de estar ante una unidad especial del nuevo Volkswagen Golf; es plenamente satisfactoria. Cuenta también con una enorme batería de soluciones técnicas orientadas a la eficiencia, las ayudas en la conducción y al confort de sus ocupantes.


La posición de conducción es realmente excelente y la encontramos gracias a los numerosos ajustes con los que cuentan los asientos y el volante multifunción, que engloba los mandos del equipo de audio, el ordenador de a bordo, el Bluetooth o el control de velocidad de crucero (que en este caso es adaptativo) con limitador.


Esta unidad tenía el cuadro de mandos denominado Digital Cockpit que consiste en una gran pantalla de 12,3 pulgadas que podremos configurar según sean nuestras necesidades de información, ya que podemos establecer los parámetros que queremos visionar en el centro de los relojes entre varias opciones. No es tan interesante como el Virtual Cockpit de Audi, con muchas más posibilidades, pero la verdad es que la información la podemos consultar de una manera muy intuitiva siempre.

En la consola central; la gran pantalla táctil del equipo de infoentretenimiento de 9,2 pulgadas tiene una muy buena resolución y tiene funciones pseudo-capacitivas, ya que se despliegan los diferentes menús con tan solo acercar la mano. Desde ahí podremos visionar diferentes opciones como el navegador, la cámara de visión trasera e infinidad de informaciones más específicas procedentes del ordenador de viaje o el equipo de audio. Este sistema es compatible con Apple Car Play y Android Auto, por supuesto.

Además; el e-Golf está muy dotado de serie, ya que a lo que ya os hemos indicado, debemos sumar elementos como el climatizador automático bi-zona, asistente de arranque en pendientes, freno de mano eléctrico, apertura y arranque por botón y sin llave, asistente de aviso por cambio involuntario de carril, aparcamiento semi-autónomo asistido, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, sensores de lluvia y luces, avisador trasero de tráfico cruzado, avisador de vehículos en ángulo muerto, frenada de emergencia con detección de peatones, programador de velocidad activo válido para atascos y que funciona hasta los 60 Km/h, detección de cansancio del conductor, control de presión de los neumáticos y muchas más cosas que equipa de serie este modelo eléctrico del Golf.


Arrancamos. Bueno; lo de arrancamos es un decir, puesto que pulsamos el botón de arranque y no se escucha nada, así que nos tenemos que fiar que estamos en marcha porque el cuadro de mandos parece que ha cobrado vida...

El grupo motriz, lo compone un motor eléctrico que genera una potencia, nada desdeñable, de 136cv y nos proporciona un par de 290 Nm, que entrega de forma instantánea al eje delantero, porque no tiene ningún tipo de mecánica a la que mover, ni elementos como cigüeñales, válvulas, cilindros... Es pisar y automáticamente tenemos toda la potencia disponible. De esta manera, el e-Golf, es capaz de acelerar de 0-100 Km/h en 9,6 segundos y alcanzar una punta de 150 Km/h.

Pensaréis que son unas prestaciones muy discretas para un Golf, ¿pero qué queréis?, es eléctrico y aquí no se priorizan las prestaciones, sino la autonomía y las sensaciones, ya que aunque no os lo creáis; la aceleración es brutal y con el motor a pleno funcionamiento, parece que tenemos una turbina que nos empuja sin compasión.


Este motor está asociado a un cambio de una velocidad, que nos permite avanzar cuando actuamos sobre el pedal del acelerador y que invierte su polaridad cuando insertamos la marcha atrás. Simple y sencillo.


Pero por muy simple y sencillo que parezca; aquí me voy a detener puesto que tengo que explicar brevemente cómo funciona el sistema en cuanto a las frenadas regenerativas. 

Para aumentar el ratio de acción del e-Golf, contamos con la inestimable ayuda de este modo de recarga que consiste en que cuando frenamos o simplemente, soltamos el pedal del acelerador, toda la energía que se perdería en esas circunstancias, sirve para recargar, mínimamente, las baterías. 

Hasta ahí todo normal, ¿no?. Pues bien; el selector del cambio también cuenta con una posición con la letra B (Brake) o freno, en cristiano. Cuando seleccionamos esta posición, casi no hace falta ni frenar cuando llegamos a un semáforo, ya que la capacidad de retención es realmente buena. Tan buena; que es capaz de detener al vehículo casi por completo e incluso; activa las luces de freno para que el vehículo precedente se dé por aludido. Obviamente; el poder de carga en esta posición es el mayor de todos, ya que el freno motor actúa de una manera latente.


Pero si no queremos tanta fuerza de frenada o nos parece incómoda, existen hasta tres posiciones más si llevamos el selector en la D (Drive) y lo movemos a la izquierda o a la derecha, según queramos más o menos regeneración. Es una gran solución para "jugar" con ella en el caso de que nos hayamos quedado un poco cortos y ver hasta cuanta energía somos capaces de acumular haciendo una conducción responsable y suave.


Y es que un coche como el e-Golf hay que aprender a conducirlo y ese aprendizaje, extrapolarlo cuando vayamos a conducir un coche convencional con motor térmico. La mejor manera es conducirlo "a vela". Esta técnica la utiliza hasta una marca como Porsche para que sus deportivos y SUV consuman menos.

Consiste en aprovechar las inercias del vehículo una vez en marcha para seguir avanzando. Si aceleramos y alcanzamos una cierta velocidad, podemos soltar el pedal del acelerador tranquilamente que con esa misma inercia adquirida, el coche mantiene la velocidad durante un buen rato. ¿Que nos pilla una bajada?, pues ponemos el selector en posición B y sin tocar nada, bajamos reduciendo y conteniendo nuestra montura mientras aprovechamos a recargar la batería. Pero claro; esto requiere un periodo de adaptación.

Por lo demás; el e-Golf es un Golf de pura cepa, con todas las virtudes con las que cuenta uno de los compactos más longevos y deseados de la historia. Posee un rodar muy confortable, más si cabe, teniendo en cuenta que no percibimos ningún tipo de ruido parásito procedente de la mecánica (obviamente). Su aplomo en carretera es también encomiable, como ocurre con cualquier Golf y gracias a la entrega de par instantánea, las aceleraciones son muy destacables y sobre todo; sorprendentes. 


El único fleco que veo en un coche como el e-Golf, es si tenemos la necesidad de adquirir un compacto como este, cuando realmente tan sólo lo podríamos conducir sin miedo a quedarnos sin batería, en un entorno urbano o por lo menos; cerca de él. ¿No sería más racional comprar un e-Up! por ejemplo?, mucho más útil en la ciudad, con un menor tamaño para movernos y aparcar...


Pero claro; con unos 300 Km de autonomía, igual no estamos tan pendientes de la recarga ni tenemos ese miedo a quedarnos tirados. Por otra parte; su tamaño, plazas y maletero, lo hacen mucho más versátil y sus prestaciones nos permiten movernos con una mayor seguridad por radiales y tramos de autovía. Y porqué no decirlo; un Golf es un Golf aunque en este caso, funcione a "pilas".


Sea como fuere; el futuro es eléctrico y el e-Golf, es un coche del futuro.

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