Prueba: BMW i3 S.


El BMW i3 inició la andadura comercial de la gama "i" de BMW en el mundo. Gama que después se amplió con el impresionante i8 y que seguirá ampliándose poco a poco a medida que se vaya normalizando esto de la movilidad eléctrica.


Al poco de salir a la venta, ya tuvimos una toma de contacto con el i3, que podéis recordar AQUÍ, gracias a un antiguo colaborador de la web y más tarde, pudimos realizar una toma de contacto estática del deportivo i8, que estuvo de muestra durante unos días en nuestra ciudad y que recordaréis en este otro ENLACE.


La gama "i" de BMW representa fielmente lo que será el futuro de la marca en los próximos años y sus modelos, hasta el momento, se desmarcan de lo que conocemos en la actualidad y se nos revelan como un adelanto a lo que, más pronto que tarde, veremos en las exposiciones de los concesionarios de BMW.


De momento; esta sección "i" se vende en concesionarios aleatorios repartidos por toda España como una especie de marca independiente y en Burgos, no tenemos un acceso directo a estos modelos, por lo que si estamos interesados en uno de ellos, deberemos hacerlo, de momento, por catálogo, y no nos cabe la menor duda que en Burgocar, harán todo lo posible para que los potenciales clientes puedan realizar una prueba dinámica antes de tomar una decisión.


No obstante; pudimos mover ciertos hilos y en esta ocasión, os ofrecemos una prueba bastante reveladora y relevante, a pesar de su corta duración, que nos permite acercaros nuestras impresiones subjetivas sobre un modelo muy pintoresco y dinámico, además de contar con ciertas aptitudes futuristas.


Y es que el i3 nació como una especie de monovolumen urbano, con muchas soluciones innovadoras que favorecían una versatilidad nunca antes conocida, un diseño diferente y muy adelantado a su tiempo y, por supuesto, la propulsión procedente de una unidad eléctrica pura que lo hacían digno miembro de honor dentro del segmento urbanita, más si cabe, por la exclusividad que sumaba el hecho de portar el símbolo de BMW en el frontal.


Este modelo ha sido recientemente reestilizado con sutiles cambios que apenas lo diferencian de su predecesor, y que tan solo los más entendidos y picajosos conocedores del mundo del motor, serán capaces de advertir con solo un vistazo. Estos cambios actualizan mínimamente un modelo que de por sí; ya tiene desde el principio un enorme halo de futuro en lo que a diseño se refiere.


Con ese restyling nos llega también una nueva versión que añade 14cv más de potencia y que como novedad, fue la que tuvimos la fortuna de probar para todos vosotros. Esta nueva versión más potente se denomina BMW i3 S, que además de contar con un grupo eléctrico más poderoso, también se distingue por ciertos matices respecto a las unidades "normales" del i3.


Sobre una plataforma de 4 metros, se monta una carrocería muy original con formas cúbicas aunque poderosas, aristas asimétricas y grandes superficies acristaladas que aumentan la sensación de amplitud en el interior.



En el frontal observamos un nuevo paragolpes con unos trazos más modernos y robustos, que cuenta con un elemento de alumbrado rectangular, que sustituye a los faros redondos de la anterior generación. Los faros delanteros en esta ocasión se benefician de la incorporación de luces LED para las funciones principales, ya que antes eran halógenos, por lo que la ganancia en visión nocturna es evidente.


Los famosos riñones de BMW, correspondientes a la parrilla delantera, se mantienen pero como es obvio, en un coche eléctrico no necesitan refrigeración por aire, así que están cubiertos por una pieza de plástico negro brillante que combina con el resto del frontal, ya que este acabado S, también cuenta con una nueva moldura en el paragolpes de este mismo color. Rematan su imagen diferenciadora unas molduras grises (también pueden ser azules) en los laterales del paragolpes y en los laterales de la carrocería.


En estos laterales, como denominador común vemos una forma bastante cúbica de la estructura de la carrocería. Esto beneficia un interior muy amplio y aprovechable. También nos llama la atención esos trazos asimétricos y distintivos que hacen que el perfil del cristal de las ventanillas traseras, esté bastante más bajo que el de las delanteras, culminando con una línea ascendente en la zaga, que remarca la forma de los pasos de rueda y estrecha de nuevo la superficie acristalada en la ventanilla de cortesía trasera.



Por su parte; distinguiremos esta versión S por una llantas específicas de 20 pulgadas (19" en el resto), la ausencia de una banda cromada que recorre el pilar A (que sí la llevan el resto de los i3), una carrocería rebajada en 10mm y unas ruedas más anchas en medidas 175/55 delante y 195/50 detrás. Por otra parte, también monta unas barras estabilizadoras diferentes que acentúan su comportamiento dinámico, pero no se ven, claro.


En la zaga, se mantiene una visión muy curiosa, con un portón muy vertical en negro brillante, del que parece emerger de la nada la iluminación posterior de tipo LED, que contrasta con los tonos del color de la carrocería del paragolpes trasero, que en este caso, incluyen las luces antiniebla y las luces de marcha atrás.


Abrimos ese gran portón y accedemos a un maletero solvente, para un vehículo de clara orientación urbana, con 260 litros de capacidad y un espacio bastante diáfano al que es muy fácil de acceder y podremos ubicar objetos grandes o pesados sin muchos problemas.


Vamos al interior y abrimos las puertas para incorporarnos a cualquiera de sus plazas. Y sí; he dicho puertas, porque a pesar de lo que las imágenes os puedan parecer, este vehículo cuenta con cuatro puertas.


Las delanteras son las principales y son bastante grandes, por lo que puede hacernos pensar de que estamos hablando de un tres puertas. Una vez abiertas, podremos abrir las puertas posteriores que nos darían acceso a las plazas traseras. Éstas son bastante más pequeñas, y se abren en el sentido inverso de la marcha o como comúnmente se las conoce, son de apertura "suicida".


El i3 no cuenta con pilar central, por lo que a pesar del pequeño tamaño de esas puertas, nos permite un acceso bastante fácil y amplio, sin la necesidad de tener que abatir los asientos delanteros. Además, gracias a su buena altura de habitáculo, podemos entrar al vehículo aún con mayor facilidad y de una manera bastante natural.

Una vez sentados, observamos una amplitud muy lograda tanto para las piernas, como por altura o anchura, ya que la plaza central estaba ocupada con sendos posavasos, así que es un vehículo apto para cuatro ocupantes.

Las plazas delanteras son amplias y cómodas, y nos encontramos con una habitáculo muy bien rematado, con unos muy buenos ajustes y realizado con materiales totalmente reciclables, de los cuales, podemos elegir entre una amplia gama de compuestos para personalizar el interior a nuestro gusto. Por ejemplo; nuestra unidad de pruebas estaba realizada con una base de cáñamo, así que con eso, os lo digo todo...


Ante nosotros, un salpicadero con un aspecto simplista, fuera de lo normal en un producto firmado por la marca de Múnich. Pero esa simplicidad, no tiene porqué traducirse en falta de tecnologías o de equipo de serie, solo que todo está pensado para una utilización básica y diaria, sin ningún tipo de gadget que no sirva para conducir y disfrutar haciéndolo.


El volante tiene muy buen aspecto, con una banda de color azul que lo recorre, que acentúa su carácter de eléctrico y un tamaño justo, aunque no llega a tener la suntuosidad y el grosor que nos encontraríamos en cualquier otro producto de la gama convencional de BMW. En él, nos encontramos con algunos botones para actuar sobre el equipo de audio, el Bluetooth o el control de velocidad de crucero.


Como curiosidad, en la columna de dirección nos encontramos el selector giratorio que actúa sobre el cambio, que como es normal en un vehículo eléctrico 100%, tan sólo cuenta con una velocidad. En ese mando, también está el botón de arranque, aunque creo que no es la posición ideal para situarlo, pero bueno.


Detrás, la simplicidad que desprende el i3 por los cuatro costados, hace que se sustituyan los marcadores convencionales, por un display digital que nos ofrece toda la información necesaria para conducir; la velocidad, la recuperación de energía, la aceleración, el consumo en KW/h o la autonomía restante, por poner unos pocos ejemplos.


En el centro, todo muy despejado, con los mandos de la radio y el mando giratorio para regular el sistema de climatización, que en este caso, es monozona. Sobre el salpicadero, veremos la pantalla del equipo de infoocio, de 10 pulgadas y táctil, con múltiples informaciones relevantes y unas grafías muy logradas, que a pesar de su situación, no sufre mucha falta de visibilidad cuando los rayos de sol inciden sobre ella directamente.



Este sistema ha mejorado notablemente en materia de facilidad de uso y con la obtención de un diseño más moderno de los menús, gracias a un nuevo sistema operativo que también incorporan otros productos de la gama. Podemos movernos por este sistema de manera táctil sobre la pantalla o bien, desde el mando simplificado iDrive situado entre los dos asientos. Al lado de este mando, encontraremos también el selector de los diferentes modos de conducción, que constan de 3 posiciones; ECO Pro, Comfort (que es la que se activa por defecto), y Sport. Cada una de ellas interfiere en la dureza de la dirección y la respuesta del motor eléctrico, según corresponda.

Si hablamos de configuración mecánica, el i3 S obtiene un rendimiento total de unos 184cv, que son 14cv más que la versión convencional. Puede pareceros baladí, pero creedme que es más que suficiente para aumentar de manera bastante sobresaliente las prestaciones finales del i3.


Sorprende, de cualquier manera, la capacidad de respuesta de este vehículo al que se le supone ese carácter urbano. El modo ECO Pro, sí que limita bastante las reacciones del i3, pero el Comfort y sobre todo, el Sport, desata la fuerza y la garra instantánea que nos brinda esta impulsión eléctrica. Según las cifras oficiales, el i3 S alcanza una velocidad máxima de 160 Km/h, y es capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en tan sólo 6,9 segundos.


Son las cifras oficiales, pero realmente yo las pongo en duda, ya que en una radial en la que me dispuse a adelantar a tres vehículos y activamos el modo Sport; la aceleración me pareció bastante más rápida y la última vez que miré el display íbamos por los 175 Km/h... Y seguíamos acelerando.


Es bastante loco pensar que un vehículo orientado para trayectos ciudadanos y de vez en cuando, hacer algún tramo por radiales que rodean la ciudad y además, con una carrocería catalogada como un monovolumen; pueda obtener unos registros que para si quisieran vehículos muchos más deportivos. Pero así es. El comportamiento del motor eléctrico, con un par máximo de 270 Nm que entrega de manera instantánea, nos ofrece unas sensaciones brutales en todo momento.

Este motor eléctrico está situado en el eje trasero y, por supuesto, cuenta con tracción trasera. La batería por su parte, está situada bajo el piso del vehículo, por lo que el reparto de pesos está bastante equilibrado. Por otra parte; existe una segunda variable denominada REX, que cuenta con un motor de combustión cuyo cometido es recargar la batería y nunca, impulsar las ruedas.


De esta manera, podemos extender la autonomía del i3 S unos 150 Km más, lo que sumado a unos 200-220 Km en una utilización diaria de la recarga total de la batería, sumarían unos 300-350 Km de autonomía total efectiva. Pero en nuestro caso, probamos la versión eléctrica pura, así que contábamos con unos 200 Km de utilización real, lo que no está nada mal para realizar nuestros trayectos cotidianos.


La recarga de la batería al completo en una red doméstica, supondría unas 11 horas, aunque el 80% de la batería estaría disponible con alguna hora menos. La recarga del 20% restante es algo más lenta, algo que ocurre con todos los coches eléctricos. Por su parte; en una toma de 50 KW, la marca asegura que podría estar recargado en unos 45 minutos.


En términos generales, el i3 S es un enorme aliado para circular sin problemas por las grandes urbes de nuestro país. En lugares restringidos por el tema de la contaminación, tendríamos vía libre para circular e incluso; aparcar gratis en la zona azul. Por su parte, el amplio espacio disponible y la comodidad inherente para transportar a cuatro personas, con un tamaño contenido de tan solo cuatro metros, que aporta una gran agilidad para movernos entre el tráfico; hacen del i3 un complemento ideal en nuestro día a día.


La versión "S" que nos ocupa, suma un mayor rendimiento que nos será muy efectivo cuando circulemos en vías más rápidas, pero que realmente, es bastante irrelevante cuando lo que nos comemos a diario son atascos o situaciones de tráfico lento. Bien es cierto; que este rendimiento viene acompañado por una estética diferenciadora y más agresiva, pero tan solo son algunos aditamentos estéticos que al fin y al cabo; gustarán a los más elitistas.


Y digo elitistas, puesto que el i3 no es precisamente un vehículo asequible para una familia media, sino que está más orientado a ser el segundo vehículo de las rentas más altas, ya que su precio inicial partiría de los, aproximadamente, 41.850 Euros para la versión eléctrica "S" que nos ocupa en la prueba de hoy.


En definitiva; el i3 no deja de ser una especie de experimento que nos adelanta cómo será el futuro de la marca de aquí a unos años. Es muy práctico, es muy cómodo, tiene un gran equipamiento, mucha tecnología y es un vehículo premium muy original para utilizarlo a diario. ¿El problema?. Que tan sólo unos pocos privilegiados que se puedan permitir un capricho así como segundo vehículo, tendrán la fortuna de poder disfrutar de una joya tan tecnológica y atractiva, que el resto de los mortales tan solo podremos disfrutar contemplándola.



"NOTA": Algunas imágenes no corresponden a nuestra prueba por motivos ajenos a nosotros y son de diferentes departamentos de prensa.

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