Prueba: Dacia Duster 1.5 dCi Prestige


Tenía ganas de volver a probar el Dacia Duster, ya que en su momento nos sorprendió muy gratamente y quería comprobar de primera mano, hasta donde habían llegado las mejoras que incorpora esta nueva generación.


La verdad es que su figura y su imagen general no han cambiado en exceso, aunque todos los paneles de la carrocería son nuevos y nos transmite una mayor sensación de poderío y de ser un vehículo mucho más robusto. También los interiores han ganado muchos puntos en lo que se refiere a diseño, materiales, equipamiento y ergonomía, algo que se agradece sobremanera, en un vehículo que ni siquiera alcanza apenas los 18.000 Euros en su versión más dotada y equipada con tracción total y cambio automático.


No es concretamente nuestro caso, aunque nuestra unidad de pruebas sí que contaba con el acabado más dotado de serie y con la mecánica diésel más potente. De todas formas, como hacemos de manera habitual, comenzaremos por desgranaros un poco cómo es su nuevo diseño y cuales son los puntos en los que más ha cambiado.


Mantiene la misma plataforma utilizada en el Duster de la anterior generación, por lo que hablamos de una carrocería SUV, con aires de todo-terreno, de 4,34 metros de longitud, que cambia de una manera sutil, para seguir ofreciéndonos un producto redondo, pero visualmente más "potente".



Los cambios más evidentes en la carrocería nos los encontramos en la zaga, que luce un renovado diseño mucho más actual, que enfatiza una cintura y anchura más marcadas e incorpora unos nuevos pilotos cuadrados con una cruz en el centro, que actúa como las luces intermitentes, sustituyendo a los faros alargados que recorrían los paneles laterales de la anterior generación. De esta manera; la luz de marcha atrás queda relegada a la base del paragolpes, junto con la luz antiniebla trasera, situada también en el otro extremo. Este paragolpes mantiene las protecciones en los bajos, pintadas en diferente color de la carrocería.



En el lateral, también observamos cambios sutiles, pero que vuelven a evocarnos una imagen más poderosa. Los pasos de rueda ahora son mucho más marcados y la altura respecto al suelo de 20,5 centímetros, nos invita a pensar que es un coche con muchas capacidades Off Road, incluso cuando está parado. Detrás de los pasos de rueda delanteros han incorporado unos aditamentos de plástico, que si bien solo sirven para incorporar las luces de intermitencia; aportan una gran estética todocamino. Las llantas de nuevo diseño, completan una gran visión lateral, junto con las barras del techo, que tienen la nomenclatura Duster grabada en los laterales.


En el frontal, quizás lo más reconocible del Dacia Duster, percibimos la incorporación de una nueva parrilla delantera y unos nuevos grupos ópticos más grandes, que cuentan con las luces diurnas de tipo LED dentro de la calandra. No cuentan, de momento, con la iluminación principal de tipo LED o Xenón ni en opción, pero la luminosidad de los faros halógenos es suficiente.

El paragolpes delantero también mantiene las protecciones para los bajos en diferente color de la carrocería y en apariencia; tienen mucha resistencia a los raspones y arañazos típicos en una conducción fuera del asfalto. Otra diferencia más sutil e imperceptible si no ponemos el Duster de la anterior generación justo al lado; es la inclinación de la luna delantera, que se ha desplazado unos centímetros hacia adelante y según la marca, favorece una mayor luminosidad interior.


Nos acercamos, y las puertas del coche se desbloquean, sin la necesidad de sacar la llave o tocar siquiera, algún elemento de la manecilla de las puertas. Abrimos el maletero, y nos encontramos con un espacio diáfano de 445 litros. No está nada mal, aunque en este caso; son 30 litros menos que los que disponía la versión de tracción delantera de la anterior generación. Por otra parte, y debido a la altura de todo el conjunto; la boca de carga se nos queda bastante elevada, lo que es un problema si debemos cargar objetos pesados desde el suelo. Por contrapartida, esa boca de carga es muy amplia, y para lo que no tendremos problemas es para ubicar objetos voluminosos.



En el interior; nada más abrir las puertas, percibimos una mayor calidad en todos los aspectos. Los asientos cuentan con una tapicería y unos acabados más atractivos y los paneles de las puertas, a pesar de que utilizan plásticos básicos, son muy atractivos en términos visuales y muy agradables al tacto, además de que se perciben muy buenos ajustes.

Las plazas traseras son muy correctas y no tendremos problemas a la hora de acomodarnos, siendo la plaza central un poco más angosta. En las plazas delanteras, también nos encontramos con unos asientos mejorados y grandes, más envolventes y confortables y con mayor sujeción lateral que los de la anterior generación, aunque tampoco es que destaquen demasiado en ese valor en concreto.


El salpicadero adquiere una imagen mucho más madura y en esta ocasión, nos encontramos con una construcción con plásticos duros y básicos, pero que nos transmiten una clara sensación de solidez, buenos ajustes y una mayor calidad.



Todo es muy sencillo de ver y alcanzar, así que la ergonomía también se ha visto muy mejorada. Bueno; el control de velocidad de crucero y el limitador no están en la posición más idónea, siendo ese el único elemento un poco más difícil al que acceder. De todas maneras, una vez activado, podemos regularlo sin problema desde el volante multifunción.

En la capilla de relojes la información es clara, simple y sencilla. No existe ningún elemento que realmente no sea relevante y la información adicional la obtenemos del ordenador de a bordo. El marcador de las revoluciones no tiene zona roja, algo que creo, no había visto en los últimos tiempos. No es nada importante, ni mucho menos, pero me llamó la atención. Tampoco cuenta con indicador de la temperatura del agua, siendo un testigo luminoso el que nos lo indica.


El volante multifunción encuadra todo los pulsadores indispensables para que no debamos apartar la vista de la carretera y tiene un tamaño justo. Además, con el recubrimiento en cuero, obtiene un buen tacto y una apariencia más atractiva.

El resto de los elementos los encontramos en la zona central, donde una pantalla táctil de 7 pulgadas del equipo de infoocio, nos facilita otro tipo de informaciones relevantes como las correspondientes al sistema de navegación, el sistema de audio, algunos parámetros del ordenador de viaje o las cámaras 360º que rodean al vehículo y que nos facilitan la tarea del aparcamiento y la movilidad por sitios complicados, puesto que podemos elegir la visión que queramos al momento, gracias a una tecla situada en la consola central. Estas cámaras pertenecen a la lista de opciones, pero de serie, nuestro Duster dispone de cámara trasera.


Los botones de la consola central son muy accesibles y constan de varias teclas muy sencillas que rodean los mandos del sistema de climatización. Es una solución muy estética y práctica, que ya vimos en su momento en otros modelos como el Audi Q7 o el MINI y que sinceramente, nos parece muy acertada.



No obstante; la unidad de pruebas a la que accedimos, con el acabado Prestige, contaba con casi todos los elementos en materia de confort de los que puede disponer el Dacia Duster, puesto que entre otras cosas, el acabado Prestige de nuestra prueba montaba navegador Media Nav Evolution, sensores de aparcamiento delanteros y traseros y cámaras 360º alrededor del vehículo, asistente de arranque en pendiente, sistema Start/Stop, control de velocidad de crucero con limitador, climatizador automático, equipo de infoocio con pantalla táctil de 7 pulgadas, apertura y arranque sin llave, sensores de luces, detector de vehículos en ángulo muerto, control de presión de neumáticos, asistente de frenada de emergencia, llantas de 17 pulgadas, indicador de cambio de marcha u ordenador de viaje, entre otros muchos elementos.


Por otra parte, su gama mecánica no ha variado respecto a la anterior generación, y en nuestro caso pudimos comprobar las capacidades del conocido 1.5 dCi de origen Renault, con 109cv y 260Nm de par máximo. 



Es un motor contrastado con el paso del tiempo y la fiabilidad es una de sus virtudes, además de obtener unos consumos contenidos que según la marca, se conforma con 4,4 l/100 Km, lo que no difiere demasiado con unos consumos en condiciones reales, ya que no es difícil obtener los 6 l/100 Km. 



De esta manera, sus prestaciones máximas tampoco están mal y son bastante coherentes con el tipo de vehículo, puesto que alcanza los 170 Km/h de velocidad máxima y es capaz de acelerar de 0-100 Km/h en unos discretos 11,8 segundos.



La sensación en orden de marcha, la verdad, es que parece más distinta respecto a las frías cifras, porque la mecánica se nos mostraba bastante activa desde muy bajas revoluciones y el empuje era progresivo, pero constante. En materia de recuperaciones tampoco reaccionaba mal, aunque en sexta velocidad le costaba bastante mantener el ritmo cuando encontrábamos un repecho o debíamos realizar maniobras de adelantamiento.



En nuestro caso, contábamos con una caja de cambios manual de 6 relaciones, bastante peculiar en algunos aspectos. Como hemos dicho; la sexta velocidad  es muy larga y desahoga a la mecánica en los trayectos por autovías y carreteras convencionales, pero es que la primera velocidad, es extremadamente corta, lo que, a pesar de no contar con tracción total, favorece las incursiones fuera del asfalto y nos ayuda a mantener una potencia sublime, haciendo que salgamos airosos cuando nos metemos en algún "jardín" complicado.


Las inserciones han mejorado respecto a la anterior generación, aunque todavía notamos un recorrido bastante largo y poco preciso entre la cuarta y quinta velocidad, por poneros un ejemplo gráfico. A veces nos equivocábamos e insertábamos la tercera, por lo que no contaba con unos recorridos fluidos y cerrados, algo a lo que seguramente, nos acostumbremos con el uso continuado. De todas formas, es un dato irrelevante en un coche con el cometido del Duster, ya que no necesita que sus cambios sean rápidos, ni mucho menos.



Lo que nos ofrece la marca de origen rumano y amparada bajo el paraguas del Grupo Renault-Nissan, es un SUV compacto, con unas capacidades camperas que pocos rivales directos pueden igualar, además de que en su nueva generación, han mejorado mucho sus cualidades en materia de confort de marcha y comodidad en el habitáculo.



Cuenta con unas suspensiones extremadamente blandas, sin ser tan rebotonas como las de la edición anterior, que hacen que el conjunto sea muy cómodo en cualquier tipo de circunstancia sobre asfalto y que absorben a la perfección los rotos en los caminos, pistas forestales y de concentración. Pero claro, obviamente ese esquema de suspensiones lo penalizan en una carretera con curvas y si bien; no nos provoca ningún tipo de sensación de peligro, a pesar de la evidente inclinación del conjunto, lo que no soporta muy bien son los cambios bruscos de dirección.



Los numerosos sistemas de seguridad con los que cuenta el Duster, neutralizarán el problema si se da el caso de que intentamos realizar una conducción dinámica o simplemente nos despistamos. No obstante; si afrontamos una carretera revirada, mejor tomarlo con tranquilidad e ir disfrutando del paisaje, ya que en ese sentido, hablamos de un excelente rutero. 



El tacto de la dirección por su parte, fue una de las pocas cosas que me dejaron un poco frío. Es una dirección muy ligera, apropiada sin lugar a dudas, para entornos ciudadanos y que se endurece lo suficiente para resultar relativamente precisa cuando circulamos en carretera. Pero es una dirección que ni es directa y ni nos ofrece una información real de lo que ocurre debajo de las ruedas. 



Por caminos y una conducción Off Road, el Dacia Duster es la mejor alternativa dentro de su categoría, y aún sin tener tracción total; gracias a su gran altura libre respecto al suelo y el recorrido de sus suspensiones, obtiene muy buenos valores en ángulo de ataque, ventral y de salida, siendo de los más capaces cuando las cosas se ponen bravas. Con la tracción total, las capacidades Off Road se multiplican de manera exponencial e incluye elementos de ayuda como el control de descensos, por poneros un solo ejemplo. 




Definitivamente; el Dacia Duster es un producto redondo que no me extraña que haya funcionado tan bien en el mercado durante los últimos años. 

La marca ha encontrado la fórmula definitiva del éxito y el nuevo Duster, certifica la madurez que está adquiriendo la marca dentro de un subsegmento que, en este caso, mal-definimos como "Low Cost". 

Efectivamente, estamos hablando de un SUV barato, ya que su modelo más costoso lo podremos adquirir por poco más de 18.000 Euros. Eso es uno de los valores añadidos del nuevo Dacia Duster, que nos ofrece lo mismo que cualquier otro competidor directo dentro de su segmento, con un equipo de serie similar y en esta ocasión; con unos acabados básicos, pero solventes, sólidos y muy bien ajustados, mejoras en materia de calidades, insonorización, confort de rodadura y ergonomía, una imagen parecida, pero más actual, poderosa y atractiva y sobre todo; unas capacidades fuera del asfalto inigualables, que atraerán a perfiles de clientes más dispares y que valoren una enorme relación entre calidad-precio-equipamiento. 



El nuevo Dacia Duster, a pesar de su concepto básico y simple, me ha convencido. Si lo valoramos de manera objetiva y tenemos en cuenta su precio de adquisición; es un rival muy correoso y un "tipo duro" dentro del segmento. Subjetivamente, sé que muchos de vosotros pensaréis que es un simple Dacia y os decantaréis por otro SUV solo por el logo que porta en el frontal. No os juzgo; pero sería un craso error no tener en cuenta al Duster tan solo por ese motivo... 



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