Prueba: Ford Ecosport 1.0 Ecoboost ST-Line




Parece mentira, pero cuando empezaron a comercializar el Ford Ecosport en Europa, nunca pensé que tuviera tanto éxito, independientemente de que el mundo de los SUV sea uno de los más boyantes en todos los segmentos.


En sus orígenes, este modelo fue concebido para el mercado sudamericano, con formas y especificaciones concretas que allí funcionaban muy bien. A los tres años de su lanzamiento por esas latitudes, el Ecosport recibía un pequeño restyling y los directivos de la compañía, decidieron que era el momento de comercializarlo a nivel global.


Tenía una estructura extraña, ya que se trataba de un SUV pequeño, basado en la plataforma del Ford Fiesta, pero muy alto y con la rueda de repuesto colgando del portón trasero, al estilo de los todo-terreno más puros. Ese era un punto de partida diferente al que en el viejo continente no estábamos acostumbrados. Por otra parte; su diseño original no dejaba indiferente a nadie y esa diferenciación y aspecto de todo-terreno, probablemente fue lo que atrajo a varios compradores a decantarse por el Ecosport.


Nosotros probamos su versión anterior en dos ocasiones, una de ellas en un periodo de larga duración, y en las dos ocasiones, se trataba de un vehículo que siempre iba de menos a más. Comenzábamos la prueba con cierto desaire y devolvíamos el coche bastante satisfechos. Supongo que a la mayoría que lo hayan probado o que lo hayan comprado, les pasará lo mismo.


Y es que es un vehículo muy peculiar, que ahora nos llega en su tercera generación (segunda en Europa), con varias diferencias respecto a la primera, pero manteniendo la fórmula secreta con la que han obtenido tan buena aceptación. Además; tuvimos la suerte de contar con una nueva versión denominada ST-Line y que refuerza un carácter deportivo y dinámico del que os hablaremos más adelante.


Los mayores cambios se perciben en el frontal, que se nos muestra más maduro y elaborado, con unos pilotos más grandes, tanto los de carretera, como los correspondientes a las luces antiniebla y los intermitentes. También se ha modificado el paragolpes delantero, que ahora es más voluminoso y otro tanto la parrilla delantera, para adaptarse a las nuevas formas más agresivas.



La vista lateral se mantiene muy similar a lo que conocíamos, aunque esta generación percibe nuevos diseños de llantas, las nuestras; especialmente atractivas, grises y con el centro pintado en negro brillante. También podemos elegir la carrocería en doble tonalidad para el techo y los retrovisores y el resto, algo que enfatiza su visión más juvenil y aumenta sus capacidades de personalización.


Pero lo que realmente nos sigue llamando muchísimo la atención, es su altura libre respecto al suelo, que nos permite hacer algún que otro pinito fuera del asfalto, tenga o no tenga tracción total. Porque ese es otros de los cambios en esta nueva generación, ya que ahora sí que podemos elegir nuestro Ecosport con tracción delantera o total, aunque de momento, se limita solo a la versión diésel más potente.


En la zaga también observamos ligeros cambios. Paragolpes más profusos y la eliminación de la rueda de repuesto colgando, que podemos pedirla si lo deseamos, además de contar con unos pilotos traseros más oscurecidos.

Lo del tema de la rueda de repuesto tiene miga, ya que condiciona a que el portón del maletero se abra en forma de libro, lo cual no es muy práctico que digamos, pero como hemos dicho, es un coche global y en algunos mercados sí que se monta por defecto. ¿Os imagináis a alguien abriendo el maletero de manera convencional con la rueda de repuesto colgando?. Ni el mismísimo Hulk oiga...


Con excepción de ese pequeño problema de apertura, que no nos permitirá acercarnos mucho al coche aparcado detrás, la boca de carga se nos muestra extremadamente amplia y nos descubre un maletero de 334 litros, que sigue sin ser mucho, pero son 28 litros de capacidad más que la edición precedente. Es una capacidad normal en un coche de este tamaño y no obstante; es una capacidad relativa, ya que en nuestra prueba de larga duración con el Ecosport de primera generación, nos fuimos cuatro adultos de vacaciones hasta Granada durante una semana, y nos cupo todo lo que llevamos.



En el interior, nos encontramos con unas mayores pretensiones y unos acabados más cuidados. Las plazas traseras son cómodas, con mucho espacio respecto a la altura, aunque un poco justas en distancia respecto a nuestras rodillas. De todas maneras, existe mucho hueco debajo de los asientos delanteros para acomodar los pies.

Los asientos en nuestro caso, estaban tapizados en tejido mixto de tela y cuero, con pespuntes en rojo, que enfatizan su carácter dinámico, como buena versión ST-Line y que se trasladan al acabado del volante, la palanca de cambios o el freno de mano. Los asientos delanteros sujetan muy bien el cuerpo y son muy confortables.


La posición de conducción idónea la encontramos rápidamente y nos encontramos en una posición muy vertical y muy alta, que nos permite una situación de control por encima del resto de los usuarios de la vía. Puede resultaros extraño al principio, y daros la sensación de que estáis en un vehículo de otro segmento mucho mayor, pero enseguida os acostumbraréis porque es una posición muy natural.


Nos recibe un cuadro de mandos conocido, ya que es casi el mismo que el que nos podemos encontrar en un Ford Fiesta de última generación, aunque también está situado en una forma más vertical. Los materiales utilizados son plásticos de muy buena calidad, muy buen tacto y con unos ajustes excelentes, que le aportan un grado mayor de calidad y solidez respecto a la anterior generación.


Los mandos los encontramos en una buena posición para activar todo y quizás, los que están un poco más escondidos sean los que no utilicemos tan a menudo, como la desconexión del ESP, el sonido de los sensores de aparcamiento o el Start/Stop.

El volante multifunción tiene un tamaño perfecto y un tacto muy agradable. Cuenta con los mandos del Bluetooth, el equipo de audio, que en nuestro caso estaba firmado por el especialista Bang&Oluffsen y contaba con 10 altavoces; el sistema SYNC3 de control por voz, el ordenador de abordo o el control de velocidad de crucero. En la capilla de relojes, la información es muy completa y muy clara y entre sus múltiples informaciones, cuenta hasta con brújula.


En el panel central están los mandos de la climatización, que es de una sola zona y en una posición elevada, vemos la pantalla del equipo de infoentretenimiento que en este caso, es de 8 pulgadas, táctil y el sistema es compatible con Android Auto y Apple Car Play.

Desde esta pantalla podremos ver los diferentes parámetros del vehículo, procedentes del ordenador de a bordo, además del navegador, la cámara de visión trasera o los diferentes menús con los que cuenta este equipo. Es un sistema muy sencillo, con unas grafías grandes y bastante intuitivo.

Nuestra versión ST-Line, además de ser muy atractiva en términos visuales y contar con algunos elementos diferenciadores en el interior, como la tapicería mixta con pespuntes en rojo, unas llantas específicas de 18 pulgadas, pedales de aluminio, suspensión más deportiva o molduras distintivas en los umbrales de las puertas delanteras;
contaba con un equipo de serie extenso con navegador, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, con cámara de visión trasera y alerta de tráfico cruzado, Start/Stop, apertura y arranque sin llave, ordenador de a bordo, equipo de audio Bang&Oluffsen, asistente de arranque en pendiente, control de presión de neumáticos, detector de vehículos en ángulo muerto, climatizador automático, sensores de lluvia y luces y equipo de infoentretenimiento con pantalla táctil de 8 pulgadas.


Pero vamos a ponernos en marcha. Como hemos dicho anteriormente, la posición de conducción es muy cómoda y vamos situados bastante altos respecto al resto del tráfico, lo cual, nos da alguna ventaja a la hora de anticiparnos a ciertos acontecimientos que ocurran delante de nosotros.


Percibimos, que a pesar de su altura y de su condición de SUV, las suspensiones con un tarado más endurecido se notan y hacen del Ecosport ST-Line un poco más dinámico y aplomado a la hora de afrontar curvas, aunque el resto de su configuración nos invite a no jugar demasiado con las leyes de la física.


Y es que cuando probamos el Ford Ecosport, estábamos en mitad de una ciclogénesis explosiva y las rachas de viento, superaban a veces los 80 Km/h. Este hecho, provocó que en un tramo de autovía abierta, el coche nos hiciera de pantalla y notamos con nitidez cómo el viento racheado hacía de las suyas contra la elevada y estrecha carrocería de nuestra unidad de pruebas. No fue nada preocupante ni nada que nos provocase ninguna sensación de inseguridad, pero es un dato que hay que tener en cuenta y que certifica que no estamos hablando de un vehículo con una clara orientación deportiva., a pesar de que las siglas ST nos puedan hacer pensar lo contrario.


Lo mismo pasa con el motor. En cuanto a mecánica, nuestra unidad contaba con el motor tricilíndrico de gasolina 1.0 Ecoboost, con 125cv de potencia y un par máximo de 170 Nm. No es un motor prestacional, ni lo pretende, y nos ofrece unas discretas prestaciones máximas: 180 Km/h de velocidad punta y una aceleración de 0-100 Km/h en 12,7 segundos, aunque eso sí; nos sorprende con un consumo frugal de 5,2 l/100 Km en ciclo mixto.




Es un motor suficiente para mover sin problema al Ecosport y más que suficiente para mantener una conducción correcta y confortable, ya que otra de las virtudes con las que cuenta esta mecánica, son sus buenas recuperaciones a pesar de sus limitaciones. Eso es gracias a que está asociado a una caja de cambios manual de 6 relaciones, con unas inserciones precisas y muy bien estudiadas, que nos evita, en una mayor medida, el tener que acudir en su ayuda cuando afrontamos un repecho o tenemos que adelantar.




Al ser una mecánica de gasolina, es un motor silencioso, algo que contribuye a un gran confort de rodadura, sumado a un aislamiento del habitáculo, bastante mejorado respecto al de la anterior generación.



Las suspensiones, más firmes en este caso del ST-Line, absorben muy bien las imperfecciones del asfalto, además de contener muy bien las posibles derivas de la carrocería a su paso por curva. Nos permite circular a un ritmo ligero sin procurarnos ninguna sensación de inseguridad y con un aplomo considerable. Bueno; todo lo ligero que nos permita su mecánica...



No obstante, y gracias a su altura libre al suelo de unos 16cm, es uno de los SUV pequeños más capaces fuera del asfalto, lo que nos permitirá ciertas incursiones camperas con ciertas garantías, sin temor a rozar los bajos en trialeras un poco más complicadas.



La dirección por su parte, también es muy precisa y comunicativa, lo que nos facilita una mayor confianza en un conjunto, que se comporta muy bien en cualquier tipo de situación (menos cuando las rachas de viento son extremadamente fuertes...). 



El Ford Ecosport es un SUV muy capacitado en todos los terrenos y muy apropiado para un perfil de cliente muy variopinto, que disfrute de su tiempo libre realizando actividades en el exterior y que disfrute haciendo salidas de fin de semana, además de ser un vehículo muy apropiado para el día a día, gracias a unas medidas contenidas que no superan los 4,10 metros de longitud.




Su excelente conducción nos permite un gran ratio de acción, tanto por asfalto, como fuera de él y su mecánica no es prestacional, pero obtiene muy buenos registros en materia de sonoridad y recuperaciones. Por otra parte; este acabado ST-Line es muy atractivo y llamativo, con un equipo de serie suficiente, con varios alicientes en materia de seguridad, confort y tecnología.



Tiene muchas virtudes, que eclipsan, casi en su totalidad, sus pequeños "problemas", como esa puerta del maletero que se abre en forma de libro y es muy pesada. Pero es un pequeño precio que hay que tolerar, si queremos disfrutar de uno de los SUV pequeños más originales, capaces y bien acabados, que existen dentro del segmento.



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