Prueba: Citroën Berlingo 130 BlueHDi Shine


Hace ya 22 años que nació el concepto Citroën Berlingo, un vehículo multifunción de tamaño compacto, que servía lo mismo para el día a día en el trabajo, como para desplazarse y disfrutar de los fines de semana con toda la familia.


Por aquel entonces, los monovolúmenes de todos los segmentos pegaban muy fuerte en cuanto a las ventas, al igual que en la actualidad, son los SUV los que copan el mercado, siendo los vehículos preferidos para el ámbito familiar. El Citroën Berlingo derivaba de una furgoneta comercial, e indudablemente, ese espacio increíble se podía transformar en un vehículo para toda la familia, casi con las mismas comodidades y practicidad de uso que nos podía ofrecer un monovolumen compacto de la época.


Esa polivalencia, originó la palabra "ludospace", una apreciación que no dejaba indiferente al resto de las marcas que enseguida, quisieron copiar el concepto de Citroën y comenzaron a ver a sus vehículos comerciales puros y duros, como una buena alternativa a los omnipresentes monovolúmenes familiares.


22 años más tarde, se presenta la nueva generación del conocidísimo Berlingo y lo hace con una evolución más lúdica y práctica aún si cabe. Porque sí que llegarán las opciones orientadas al mundo laboral, pero en esta ocasión, el nuevo Berlingo (y más el correspondiente a nuestra prueba de hoy), se nos presenta como una de las mejores alternativas para viajar con toda la prole de la manera más cómoda y segura.


Y es que esta nueva generación del Citroën Berlingo, cuenta con una imagen bastante refrescante y que se escapa de la presencia más convencional, comercial y conocida que nos pueden ofrecer, en general, los vehículos de este tipo, que al fin y al cabo, no dejan de ser vehículos con una clara orientación al trabajo.


Contará con dos tipos de carrocerías, de talla M y de talla XL. Ambas estarán disponibles con caja cerrada, mixta o, como en nuestro caso, totalmente acristalada para disfrutar con toda la familia. En el caso de las futuras versiones XL de orientación lúdica, se ofrecerán hasta un máximo de 7 plazas.


De momento vamos con el diseño exterior, sobre todo, para ver los cambios que contiene esta nueva generación, que se centran en la zona frontal del vehículo, ya que adapta el lenguaje de diseño que estamos viendo en el resto de la gama nueva de la marca y esa imagen frontal, precisamente, es la que hace diferenciarse sobremanera al nuevo Berlingo del resto de competidores del segmento, haciendo que sea un poco más "ludospace" y menos un vehículo comercial.


Dispone de tres grupos ópticos muy bien diferenciados. Las luces diurnas están situadas en la parte superior, unidas al logo de la marca por medio de un perfil cromado. Las luces principales, en este caso halógenas, se disponen en la parte central y los antinieblas en la parte más baja, enmarcados en un embellecedor de color que aporta un toque desenfadado a la visión. En conjunto; toda la parrilla delantera es igual a la del resto de la familia Citroën y eso, en un vehículo a priori comercial, es una gran nota discordante y de ruptura que atraerá a muchos clientes.

En su vista de perfil, observamos una gran superficie acristalada, unas atractivas llantas de 17 pulgadas y, cómo no; los ya omnipresentes Airbumps, aunque situados de una manera más discreta que cuando se incorporaron en el primer C4 Cactus, sobre la base de las puertas y capaces de evitar golpes y arañazos de los vehículos aparcados a nuestro lado, además de soportar impactos de hasta 10 kg de presión.


La zaga es lo que apenas ha cambiado respecto a la anterior generación del Berlingo. Mantiene los mismos pilotos, aunque en nuestro caso, contaban con iluminación LED y por supuesto; un gran portón de acceso al maletero, que nos descubre una gran boca de carga, con un perfil bastante cercano al suelo. 


Una vez abierto, observamos un maletero perfectamente cuadrado, con hasta casi 600 litros de volumen hasta la bandeja, que por cierto, podremos situar a dos alturas y de esta manera, distribuir de otra forma el impresionante espacio disponible.



En la parte superior, encontramos un cajón accesible desde la zona posterior o por medio de dos cubículos con tapa desde el interior, con capacidad de almacenar hasta otros 10 litros, además de una infinidad de huecos extra, repartidos por el resto del habitáculo y dos enormes guanteras en el espacio del copiloto, una de ellas refrigerada. 

Ya que tenemos todo abierto, si alzamos la vista veremos en total plenitud, el techo panorámico que recorre todo el habitáculo y que nos permite una gran luminosidad interior en todo momento. Está diferenciado en dos partes por un aplique translúcido, que durante las horas nocturnas, se retroilumina procurándonos una luz ambiente muy agradable. 



Accedemos a las plazas posteriores por medio de sendas puertas correderas, muy prácticas para subir y bajar de vehículo en cualquier tipo de circunstancia e incluso, cuando no dispondríamos del espacio suficiente con una puerta convencional. Una cosa que me llamó soberanamente la atención, es que las ventanillas de esas puertas cuentan con elevalunas eléctricos, aunque, por el diseño de los paneles, no podremos bajar del todo el cristal. 



Existen tres asientos totalmente independientes, muy cómodos y modulables, ya que a pesar de que no puedan desplazarse de forma individual de manera longitudinal, sí que podremos abatir los respaldos y convertir al vehículo familiar, en un auténtico furgón de carga o bien, situar un colchón y dormir a pierna suelta bajo la luz de las estrellas. 


En el puesto de conducción, la sensación de espacio es superlativa. Los asientos son también muy confortables, aunque no sujetan especialmente el cuerpo en desplazamientos laterales, aunque claro; tampoco es que sea un dato que tenga mucha relevancia, puesto que en esta ocasión no estamos hablando de un vehículo específico para realizar tramos en una carretera de montaña. 

La sensación de amplitud está condicionada, no sólo por el increíble habitáculo y su condición de furgón-monovolumen, sino por la configuración de sus mandos y la excelente ergonomía y posicionamiento de todos ellos. 



Ante nosotros, se nos presenta un cuadro de mandos simple y extremadamente funcional, con unos materiales básicos, pero solventes y con muy buenos ajustes entre si. La información percibida desde el cuadro de mandos es muy clara y concisa, con todo lo imprescindible al primer golpe de vista, aún más, si disponemos, como en nuestro caso, de la ayuda del HUD (Head Up Display) desde donde podremos visionar, proyectado sobre una placa de metacrilato ante nuestros ojos, la velocidad, el lector de señales, o la información del control de velocidad de crucero, además de marcar las líneas referentes al cambio involuntario de carril.



En el centro y en una posición elevada y muy al alcance de nuestra vista y de nuestras manos, la pantalla multifunción del equipo de infoocio, compatible con Apple Car Play, y Android Auto, que es táctil y de 20,3 cm, el climatizador bizona, , el botón de arranque, la desconexión del ESP el freno de mano eléctrico y si lo disponemos de manera opcional, podríamos incorporar el mando del sistema Grip Control, con ayudas a la conducción cuando afrontamos alguna incursión fuera del asfalto. También existe un hueco para dejar el Smartphone, que de manera opcional, puede recargarse por medio de inducción. La palanca de cambios, de 6 relaciones y con unas inserciones precisas y bien escalonadas, está posicionada de una manera excepcional, al alcance de nuestra mano. Por último, en un lateral observamos también una práctica toma de corriente de 220V para un enchufe convencional. 



No obstante; la Berlingo de nuestra prueba contaba con todo lo inimaginable en materia de confort y de ayudas a la conducción, lo que demuestra una vez más, que es una alternativa muy válida y capaz para viajar con toda la familia. Disponíamos de equipo de infoocio con pantalla táctil, navegador, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara trasera de 180º, climatizador bi-zona, ordenador de a bordo, volante multifunción con Bluetooth, asistente de voz y mandos para el equipo de audio, control de velocidad de crucero con limitador, HUD, alerta de vehículo en ángulo muerto, asistente de arranque en pendientes, asistente de cambio involuntario de carril, lector de señales de tráfico, llantas de 17 pulgadas, freno de mano eléctrico, acceso y arranque manos libres o llamada de emergencia o asistencia en viaje, entre otros muchos elementos de confort y seguridad.


La mecánica que probamos, también era uno de los motores más enérgicos de la gama. Se trata del 1.5 BlueHDi con 130cv de potencia y un aceptable Par máximo de 250Nm. Su velocidad máxima es de 185 Km/h y acelera de 0-100 Km/h en 10,3 segundos, atesorando unos consumos en ciclo mixto bastante contenidos de 4,3 l/100 Km homologados por la marca.



Es un motor que se nos muestra bastante poderoso y lleno desde muy bajas revoluciones, y que mantiene muy bien las velocidades medias, aunque si aumentamos el ritmo, veremos como poco a poco, esa energía original se va disipando y nos ofrece una respuesta mucho más progresiva. De todas formas, sus recuperaciones son muy buenas y no tendremos que utilizar el cambio más de lo deseado cuando vamos a realizar algún adelantamiento o afrontar algún repecho en nuestra ruta. 


Probablemente sea uno de los mejores motores que podría montar el Citroën Berlingo, ya que a su fuerza y respuesta muy aceptables y coherentes con una utilización familiar en todo tipo de vías; debemos sumar un silencio en orden de marcha extremadamente mejorado, lo que favorece un confort de rodadura muy reseñable.

En cuanto a comportamiento, obviamente estamos hablando de un vehículo con cierta masa y altura, así que no esperéis que sea un vehículo especialmente ágil en los cambios de apoyo continuados, ya que tiene una clara tendencia a subvirar cuando forzamos de más en una curva. No obstante; para el fin para el que ha sido diseñado, contamos con un concepto muy rutero y cómodo en una conducción normalizada, con un confort interior espectacular y un manejo muy agradable.



La dirección es bastante directa, aunque desearíamos un poco más de feeling para saber con certeza lo que está ocurriendo debajo de las ruedas. Respecto al esquema de suspensiones, tienen una clara orientación al confort, por lo que hablamos de un conjunto relativamente blando, que absorbe las irregularidades a la perfección y que no las transmite al interior, aunque por otra parte, también contiene muy bien las derivas de una carrocería voluminosa como esta y evita ciertas inclinaciones que nos podrían dar la sensación de peligrosas.



Sin lugar a dudas; el nuevo Citroën Berlingo es un modelo redondo en muchos parámetros. Es una gran alternativa, muy práctica y espaciosa, respecto a los monovolúmenes convencionales, con un equipamiento excelso que nada tiene que envidiar a cualquier modelo, sea de la categoría o segmento que sea y una gama de motores muy acertada y coherente, con unas prestaciones loables y unos consumos muy aquilatados.


No nos extraña que todas las marcas se apuntasen al concepto "ludospace", aunque ser los inventores de este tipo de vehículos polivalentes, funcionales y recreativos, proporciona a la marca francesa una clara ventaja respecto a los que llegaron más adelante. El nuevo Berlingo es el Summun de este concepto y su imagen lúdica y desenfadada, es lo que le hace marcar la gran diferencia respecto a su competencia. Rechacen imitaciones "ludospace" sólo hay uno...





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