Prueba: Jeep Cherokee 2.2 Diésel Overland


Hablar de Jeep es hablar de una de las marcas con mayor tradición en Estados Unidos, especializada en vehículos todo-terreno. En los últimos tiempos y dada la locura de fusiones y alianzas entre las diferentes marcas y grupos automovilísticos mundiales, el tándem Chrysler-Jeep pasó a formar parte de FCA (Grupo Fiat) por lo que comenzaron a compartir sinergias y tecnologías entre ambos gigantes de la automoción.


Este hecho ha facilitado mucho las cosas a uno de los símbolos de Norteamérica y le ha permitido seguir fabricando una de las gamas de vehículos más capaces fuera del asfalto, además de poder explorar otros terrenos más convencionales con un éxito arrollador y sin perder un ápice su carisma aventurero.


Es el caso de modelos como el Jeep Renegade o el Compass, nacidos con unas pautas más orientadas al asfalto y catalogados como SUV que aún así, siguen conteniendo una gran parte del ADN aventurero y de todo-terreno que ha caracterizado siempre a la marca.


El Jeep Cherokee (nombre, ya de por si, muy sugerente) es uno de los modelos destinados al gran público más longevos de la marca y uno de los abanderados y pioneros que han convertido a Jeep en una de las marcas más conocidas del planeta, además de acuñar esas cuatro letras a fuego en la psique de todo aquel aficionado a la conducción Off Road. Su larga trayectoria se remonta a 1975 y la esencia de aquel vetusto “hierro” capaz de atravesar cualquier tipo de eventualidad (dentro o fuera del asfalto) se mantiene en esta última edición del todo-terreno americano.


Pero en realidad no se trata de un modelo nuevo ya que es un profundo “lavado de cara” respecto a la generación que se presentó en 2014, pero aumenta la sensación de poderío del Cherokee y, sin lugar a dudas, aumenta todavía más ese carácter premium que imprime la marca.


Como siempre, haremos un inciso sobre su renovada imagen y empezaremos por su visión frontal, que se caracteriza por esa inimitable parrilla delantera con 7 lamas que permite refrigerar a la poderosa mecánica diésel. Forma parte de un capó delantero que es totalmente nuevo y sorprendentemente ligero, ya que está fabricado en una aleación de aluminio.


Además, recibe unos nuevos paragolpes, más profusos y con protecciones en los bajos, que incluyen sendos apliques cromados con las luces antiniebla de LED en su interior y también, un nuevo diseño de las luces principales, que incluyen la iluminación diurna disponen de tecnología LED para todas las funciones y son inteligentes, ya que cambian de forma automática de cortas a largas y lo hacen de una manera muy rápida. Quizás sea el sistema más rápido con el que nos hayamos topado nunca.


En su visión lateral, observamos una carrocería muy proporcionada de líneas suaves y neutras, con una gran distancia entre ejes de 2,70m y de la carrocería respecto al suelo de algo más de 20cm, lo que ya nos da alguna pista de lo que podremos ser capaces con este “gigante” de las pistas. Bueno, en realidad no es tan gigante, porque hablamos de una carrocería con una longitud de 4,62m, que los sitúa en un tamaño dentro de la media que se estila en su segmento y con respecto a sus principales competidores. Rematamos esa visión con una preciosas llantas de aleación de 19 pulgadas.


Por su parte la zaga recibe nuevos grupos ópticos de tecnología LED y también un nuevo paragolpes que incluye una evidente protección para la zona inferior pintada en diferente color de la carrocería y que dispone de una enorme salida de escape con forma trapezoidal muy original.


Ya que estamos por ahí, abrimos el maletero y, obviamente ya con nuestro nivel de acabado, es de apertura y cierre eléctricos. Descubrimos un espacio de 412 litros con las banquetas y respaldos lo más retrasados posible, ampliables hasta los 448 litros con la banqueta y los respaldos traseros en su posición más adelantada. No es un maletero especialmente capaz dentro del segmento, sino que se sitúa dentro de la media entre lo que se estila en tamaño.


Es un espacio de carga muy aprovechable y dispone de algunos ganchos en los laterales, una toma de 12V, sendos huecos porta objetos y el gran subwoofer correspondiente al equipo de audio premium. También tiene una base con dos caras, una textil y la otra de goma, ambas antideslizantes, que me parece una gran solución para elegir la que queramos según lo que vayamos a cargar. No obstante, si hay un "pero" en este maletero tan práctico, puede que sea que la boca de carga se posiciona muy alta y resulta algo tedioso alojar objetos pesados desde el suelo.


Si hablamos de habitabilidad interior, accedemos primero a las plazas traseras en donde dos ocupantes de cualquier tipo de envergadura se pueden acomodar a la perfección en las dos plazas laterales, perfectamente tapizadas en cuero y muy amplias en todas sus cotas. En cambio, la plaza central se ve un poco más mermada ya que como suele ocurrir, es más estrecha y además está condicionada por el gran túnel de transmisión central debido a su condición 4x4.


Delante nos reciben unos suntuosos y confortables asientos de cuero con el distintivo "Overland" bordado en los respaldos. Estos espectaculares asientos cuentan con ajustes eléctricos, dos memorias, son calefactados y ventilados, y se perciben con una gran sujeción lateral a la altura de nuestra espalda, pero es un poco insuficiente a la altura de nuestras caderas. Son dos asientos muy cómodos e incluso, con cierta orientación deportiva. Pero en realidad no es así.


Ante nuestros ojos, nos encontramos con un salpicadero en el que, en términos generales, los materiales empleados son de mucha calidad y los ajustes de los paneles son extremadamente buenos, habida cuenta de que, previsiblemente, sufrirá un cierto “maltrato” que no tendría un vehículo convencional. Ni siquiera los comúnmente conocidos como SUV. Los paneles más a la vista están forrados en símil de cuero y la utilización de detalles cromados en algunos embellecedores, aumentan esa sensación premium y de calidad que se respira en todo el habitáculo.


En cuanto a ergonomía se refiere, todos los mandos más comunes nos los encontramos muy a mano y son muy fáciles de interpretar y accionar. En el volante de cuero multifunción también nos encontramos diversos mandos como los correspondientes al control de velocidad de crucero adaptativo con limitador, el Bluetooth o el sistema de reconocimiento de voz, para que no tengamos que apartar la vista de la carretera bajo ningún pretexto. La capilla de relojes, por su parte, es analógica y la pantalla central digital del ordenador de a bordo nos ofrece mucha información relevante e inherente a nuestra conducción a tiempo real, muy vistosa en todo momento.


En una posición de privilegio del panel central, nos encontramos con la pantalla táctil de 8,4 pulgadas del equipo de infoentretenimiento. Tiene unas grafías muy sencillas y los diferentes menús disponibles son muy fáciles de interpretar y muy visibles al primer golpe de vista aunque según el equipamiento disponible, moverse por la interface puede resultar poco intuitivo. Más abajo contamos con diferentes botones que activan alguno de los equipos con los que cuenta nuestra unidad de pruebas, como el volante calefactado o el sistema de mantenimiento de carril. Debajo de todo ello disponemos de los mandos físicos del sistema de climatización y de la radio, algo que en una era digital se agradece bastante, ya que también son unos mandos grandes y fáciles de alcanzar mientras conducimos.


Por último, en la base del selector del cambio de 9 velocidades y que podemos accionar con las levas existentes detrás del volante multifunción, disponemos de un selector giratorio con el que podremos elegir diferentes modos de conducción con los que el Cherokee se adapta de manera electrónica según cuales sean las condiciones en las que estemos circulando Estos modos de conducción son: Auto, Snow, Sport y Sand/Mud, para terrenos más complicados, con barro, grava o arena suelta.


Cada uno de esos modos, adapta la potencia, la respuesta y las relaciones del cambio de una manera coherente al tipo de conducción que estamos demandando y es el propio sistema el que decide cómo y cuándo tiene que reaccionar ante cualquier tipo de eventualidad que nos encontremos.


Sin lugar a dudas, nuestro acabado Overland disponía de un equipamiento de bandera en el que se incluía el navegador, asientos de cuero calefactados y ventilados con memorias y ajustes eléctricos, techo solar panorámico con apertura eléctrica, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de marcha atrás y aviso de tráfico cruzado, climatizador trizona, equipo de infoocio con pantalla táctil de 8,4 pulgadas, volante multifunción calefactado, asistente de arranque en pendiente, apertura y arranque sin llave, llantas de 19”, apertura de maletero eléctrica, ordenador de abordo, control de velocidad de crucero adaptativo con limitador, asistente de cambio involuntario de carril, sensores de luces y lluvia, luces Full-LED inteligentes, sensor de presión de neumáticos o Start/Stop entre otros muchos elementos más.


La mecánica era el espectacular y rotundo motor diésel 2.2 con 194cv y un abultado par máximo de 450 Nm, con el que seremos capaces de alcanzar una punta de 200 Km/h, hacer un 0-100 Km/h en 8,8 segundos y tener un consumo homologado de 6,6 l/100 Km en ciclo mixto. La verdad es que esos consumos son algo optimistas pero en honor a la verdad, no se dispara demasiado, ya que nosotros obtuvimos una media de unos 7,5 l/100 Km.


Es una mecánica rumorosa en frío y en baja velocidad, pero una vez en marcha el silencio de rodadura es la nota predominante gracias al excelente trabajo de aislamiento realizado en el habitáculo. Su rendimiento es muy bueno en todo momento y nunca nos falta fuerza y respuesta debajo del pedal del acelerador, aunque si queremos sacarle la “quinta esencia” en carretera, os recomendaría usar las levas detrás del volante. ¿El motivo?. La caja de cambios automática de 9 relaciones no se complementa del todo bien con el motor y se nos presenta como un poco lenta de reacciones. En una conducción relajada y predictiva o en una conducción Off Road no supone ningún problema, pero cuando queremos "jugar" un poco en una carretera virada, no es precisamente la mejor opción.


El Jeep Cherokee es un modelo con el que podremos realizar largos trayectos con unos niveles de confort muy notables en todo momento, aunque debemos tener en cuenta que es un vehículo con un gran peso y volumen si lo que queremos es realizar una conducción un poco deportiva. El esquema de suspensiones es de tarado blando y absorbe muy bien cualquier tipo de imperfección del asfalto sin "despeinarse", aunque como es lógico, este hecho hace que el conjunto genere ciertas inercias a su paso por curva en una conducción dinámica.


Fuera del asfalto, ni que decir tiene que es todo un Jeep en el más amplio espectro de lo que representa la marca, ya que estas suspensiones se "tragan" absolutamente todo lo que se nos presente por delante. A no ser que nos metamos en algún "jardín" del que no saldría ni un vehículo con oruga, el Cherokee nos sacará de casi cualquier eventualidad que nos encontremos a nuestro paso.


En definitiva, el nuevo Jeep Cherokee es un todo-terreno puro con maneras de SUV en carretera y un ambiente premium que gustará mucho a un tipo de cliente muy concreto, que le guste disfrutar de la naturaleza y al que le gusten las aventuras en familia, bien sea en un viaje convencional o en vías fuera del asfalto. Seguro, amplio, confortable, equipado, potente, con un interior muy ergonómico y con unas capacidades Off Road muy por encima de la media, sin lugar a dudas, el Jeep Cherokee es todo un acierto y una opción más que apetecible.


Datos técnicos:

Motor: 2.2 Diésel
Potencia: 194cv
Vel Máx: 200 Km/h
Acel 0-100: 8,8 seg
Cons: 6,6 l/100 Km
Precio: Desde 56.300 Euros( Versión probada)



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