Renault Clio 1.0 TCe R.S. Line



Nuestra prueba dinámica de hoy nos traslada a unos tiempos en los que la vida era más sencilla y en el que el sueño más inmediato de los jóvenes era la libertad de poseer un coche. Nada de móviles de última generación, tecnologías de diferente índole, poder ver la serie de moda en "streaming", ser el "master" en los "esports" o depresiones derivadas de no obtener cierto número de "likes" en las redes sociales. La inquietud máxima de la "chavalería" era la de tener carnet y poder lucir un flamante coche con el que deslumbrar a la "pituki" de turno (vale, ahora se me echarán encima todos los colectivos por la igualdad, contra el machismo y todo este tipo de temas por este comentario fuera de tiempo...).


Pero estos tiempos fueron una realidad y el Renault Clio jugó un papel relevante en aquella época. Era un utilitario muy deseado y con lo último en materia de diseño y tecnología del momento. Venía a sustituir al incombustible y vetusto Renault 5 y fue el primer vehículo de la marca en adoptar una denominación comercial (o el primero en la era moderna) que no fuera un número.


Hoy probamos la quinta generación de este modelo tan popular, que cada vez lo tiene más difícil para despuntar en su segmento, que nos ofrece una nueva imagen adaptada al futuro y en concordancia con el nuevo lenguaje de diseño de la marca gala.


El nuevo frontal adquiere ese aire de familia con la incorporación de unos focos delanteros de tecnología LED y con esas luces diurnas en los flancos tan características que estrenó, en su momento, el nuevo Renault Mégane, con esa forma de C invertida que le aporta una personalidad indiscutible a todos los productos de la gama francesa.


También cuenta con un paragolpes muy agresivo y de nuevo diseño, como consecuencia de esos faros tan peculiares. Incorpora una rejilla muy "Racing" , nuevas toberas laterales con los faros antiniebla enclaustrados, definidos y destacados por un perfil específico en gris que desmarca, aún más, el carácter y el empaque de este nuevo modelo. Completa esa visión delantera un capó muy poderoso con sendas nervaduras y líneas de tensión muy marcadas en el centro y que desembocan, virtualmente, en el gran logo de la marca unido, a los faros, con un perfil embellecedor cromado.


En términos generales, denota un carácter agresivo que gusta, y mucho, al perfil de cliente al que va orientado este tipo de vehículos, tanto del segmento B como del segmento C. De hecho, desde la primera vez que lo vi, me quedó claro que no era un Clio "normal" sino una especie de "mini-Mégane". Y lo de mini es más que nada por el ratio en el que compite, ya que de mini tiene bastante poco. La nueva generación del Clio tiene 4,05 metros de longitud, 1,79 m de anchura y 1,44 de altura. Vamos, lo que venían midiendo los compactos de antaño...


En lateral observamos una silueta muy reconocible de poco más de 4 metros muy coherente con el segmento de los utilitarios, con unas líneas muy limpias en las que no interfieren, casi, ni los tiradores de las puertas, ya que los traseros se encuentran camuflados en la parte superior del perfil de las puertas.


Son unas líneas con cierto carácter ascendente que denotan cierta deportividad al igual que las preciosas llantas de 17 pulgadas específicas para esta edición R.S. Line a la que distinguimos también por los diferentes aditamentos repartidos por el vehículo, tanto fuera como en el interior. De hecho dispone de una placa lateral, desde donde parten unas líneas de tensión que recorren todo el flanco del vehículo, que nos indica de qué versión estamos hablando.


Si observamos la zaga, comprobamos que recibe unos nuevos pilotos, de tecnología LED más estilizados y un nuevo paragolpes que enfatiza la anchura y deportividad de esta unidad que tenemos entre manos, ya que también dispone de una especie de difusor y un pequeño alerón posterior por encima de la luneta trasera, que también desmarca su halo deportivo.


Abrimos el maletero y nos encontramos con un espacio de 340 litros, que lo sitúa entre los más capaces del segmento y que destaca más por profundidad que por longitud, con un espacio de carga bastante diáfano y una boca de carga bastante amplia.


En las plazas traseras descubrimos un buen espacio disponible para dos ocupantes sean de la envergadura que sean, siendo la plaza central algo más angosta como suele suceder en la mayoría de vehículos. Tiene bastante más espacio, en general, que el Clio precedente y destaca por tener bastante disponibilidad en cuanto a altura o espacio para las rodillas, aunque todo hay que decirlo, las puertas traseras no dejan mucho hueco a la hora de acceder a esas plazas. Delante nos reciben unos buenos asientos de corte deportivo con tapicería mixta de cuero y tela con costuras en rojo, muy cómodos y con una excelente sujeción lateral tanto a la altura de nuestra espalda como para nuestras caderas.


Ante nosotros también vemos un cuadro de mandos muy ergonómico, con todos los mandos muy a mano, orientado al conductor, muy fácil de interpretar y con una información disponible muy clara. También observamos unos materiales muy logrados, con un buen tacto y a nivel visual, además de tener muy buenos ajustes entre si.


Detrás del volante de nuevo diseño, multifunción y de corte deportivo, disponemos de una capilla de relojes digital con un diseño sublime, una gran calidad visual y una cantidad de información relevante muy lograda, a salvo de la incidencia de los incómodos rayos solares. No es que sea especial para nuestra unidad R.S. Line, pero la deportividad que nos brinda el cuentarrevoluciones en el centro se agradece y toda la información disponible a un golpe de vista es impresionante.


Indicativos del interior de que nos estamos moviendo con una unidad muy especial son, como os habíamos adelantado, un volante de corte deportivo, con un tamaño muy acertado y un buen grosor, además de contener en su radio inferior un embellecedor en forma de bandera a cuadros que distingue esta unidad con ese acabado tan deportivo, una palanca de cambios con un pomo, también de corte deportivo con un acabado graneteado en su superficie y unos espectaculares pedales de aluminio perforados que denotan y remarcan ese carácter dinámico de nuestra unidad de prueba. También remata esa sensación deportiva de su interior, una banda roja que recorre todo el salpicadero, toberas de refrigeración incluidas.


Por su parte, también es de agradecer la posición ideal de la palanca de cambios, que en esta nueva edición del Clio se sitúa sobreelevada y muy cerca del puesto de conducción. Tiene unas inserciones precisas, aunque para mi gusto, podrían haber ajustado un poco más esas inserciones y adoptar una nota un poco más deportiva, pero supongo que ese margen de mejora lo dejarán para las versiones futuras potenciadas.


En el centro destacamos la incombustible pantalla táctil de 9,3 pulgadas situada en posición vertical y que ya es seña de identidad en los productos de la nueva gama de Renault. Bueno, concretamente esta es la pantalla más grande que se monta en ningún otro producto de la marca ya que hasta ahora lo máximo era 8,4". En nuestro acabado era la pantalla más grande, aunque según la terminación podrá variar desde las 7 pulgadas.


Su sistema operativo se denomina Easy Link y es compatible con los protocolos de Android Auto y Apple Car Play. Su funcionamiento y visibilidad es muy bueno, al igual que la inmediatez de reacciones cuando actuamos sobre la pantalla, en donde podremos visionar diferentes parámetros del funcionamiento del vehículo, parte de la información del ordenador de a bordo de manera muy gráfica, las imágenes de las cámaras de ayuda al aparcamiento en formato 360º e incluso, podemos disponer de conexión a internet gratuita durante 3 años y consultar por las redes cuáles son las gasolineras más baratas o el parte meteorológico, por poner un par de ejemplos.


Debajo nos encontraremos con los mandos de la climatización, que en este caso es monozona, y los botones que activan diferentes gadgets como la desconexión de ESP, los intermitentes de emergencia o el sistema de aparcamiento pseudo-asistido y el correspondiente a la elección de los diferentes modos de conducción, denominado Multi-Sense, y desde el que podemos elegir entre tres modalidades: ECO, Sport y el modo personalizado My Sense. Cada una de ellas actúa sobre la incidencia de la dirección asistida y la inmediatez de respuesta del motor, además de variar la iluminación ambiente y, ligeramente, la información procedente del cuadro de instrumentos.


Y es que nuestra unidad de prueba, con el acabado deportivo R.S. Line, además de los diferentes aditamentos estéticos, tanto del interior como del exterior, tenía un equipo de serie muy considerable con equipo de infoentretenimiento con pantalla táctil de 9,3 pulgadas y sistema Easy Link, Multi-Sense con tres modos de conducción, climatizador automático, sistema de aparcamiento pseudo-autónomo, asistente de mantenimiento de carril, apertura y arranque sin llave, iluminación ambiental interior, sensores de aparcamiento delantero y trasero, cámaras de ayuda al aparcamiento en 360º, sensores de lluvia y luces, luces delanteras y traseras de tipo LED, llantas de 17", asistente de arranque en pendiente, control de presión de neumáticos, lector de señales de tráfico, ordenador de a bordo, frenada de emergencia con detección de peatones y ciclistas, freno de mano eléctrico, control de velocidad de crucero con limitador o Start/Stop, entre otros elementos.


El motor, en nuestro caso, era el tricilíndrico 1.0 de gasolina con 100cv y 160Nm de par máximo. Es un motor voluntarioso y suficiente para mover con soltura al conjunto, aunque se queda un poco justo a juzgar por la estética de nuestra unidad de pruebas y la plataforma que utiliza, ya que es capaz de soportar mayores potencias sin problema. Es un motor al que le cuesta mantener una cierto fluidez por debajo de las 2.000 rpm y que se encuentra más cómodo en la gama de revoluciones más altas, donde da todo su potencial, aunque claro, con el consiguiente consumo superior de combustible.


Con esta configuración obtenemos unas prestaciones coherentes de 190 Km/h de velocidad máxima, una aceleración de 0-100 Km/h en 11,8 segundos y unos consumos ponderados en ciclo mixto de 5,2 l/100 Km. También podremos elegir nuestro Clio con una mecánica diésel de 85cv y otras dos de gasolina, una muy básica de 75cv y la más potente de 130cv. Pero eso será de momento, ya que gracias a la nueva plataforma que utiliza, en un futuro próximo podremos adquirirlo en una variante híbrida de 135cv y nuevas variantes bi-fuel con GLP.


La mayoría de las motorizaciones están asociadas a un cambio manual de 5 relaciones con unas inserciones precisas aunque tiene un tacto un poco artificial. Sí, habéis leído bien, de 5 relaciones. Hacía tiempo que no veía un coche nuevo con más de 100cv y menos de 6 velocidades... También existen dos cajas de cambio automáticas, una de variador continuo o una de 7 relaciones.


Circulando con él se nos muestra como un coche ágil y nos ofrece un grado muy elevado de sensación de estabilidad en curva. La insonorización y el confort interior están muy bien, aunque también es cierto que en bajas revoluciones, se perciben ciertas vibraciones procedentes de la mecánica. No obstante y sin lugar a dudas es un coche muy divertido de conducir, con una dirección muy precisa y un sistema de frenado muy diligente. Es una lástima que la variante mecánica no nos acompañe del todo, porque si bien es cierto que es más que suficiente para realizar una conducción activa, se nos queda un poco escaso a la hora de obtener unas prestaciones sublimes.


Por su parte, el esquema de suspensiones encuentra un compromiso justo entre deportividad y confort, absorbiendo muy bien las pequeñas imperfecciones que nos encontramos en el asfalto y conteniendo muy bien al conjunto en una sucesión de curvas.


Es evidente que esta nueva plataforma sobre la que se ha construido el nuevo Clio puede soportar motores más poderosos y deportivos, algo que no nos queda ninguna duda que se compensará con la futura llegada de la variable R.S. real. De momento, la estética R.S. Line seguro que ganará muchos adeptos y nos adelanta cómo será la versión más deportiva de este modelo popular de la marca del rombo.


Definitivamente, el nuevo Renault Clio mantiene su esencia jovial, aunque está destinado a todo tipo de públicos. Tiene un diseño muy atractivo y si le añadimos este acabado R.S. Line, ciertamente Racing, aunque solo sea "fachada". La mecánica 1.0 nos ofrece un buen compromiso entre prestaciones y consumo y mueve con soltura al conjunto, sin ser una mecánica que destaque por su deportividad. La sensación de seguridad y aplomo que nos ofrece circulando es de primer orden y la tecnología que se ha incorporado en este nuevo modelo es de última hornada.


No dudamos, lo más mínimo, que volverá a ser un éxito en su segmento y que volverá a conquistar a su público objetivo, gracias a esa imagen tan atractiva y esas dotes tan lúdicas que siempre han caracterizado al pequeño Clio


Datos técnicos:

Motor: 1.0 Tce

Potencia: 100cv

Vel Máx: 190 Km/h

Acel 0-100: 11,8 seg

Cons: 5,2 l/100 Km

Precio: Desde 18.700 Euros




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